
Tal vez si, porque mi inspiración se adormece con su presencia, es tan inesperada que me perturba, es tan linda que me enloquece.
Tu indiferencia me pide te
describa y las palabras busco que permitan no mentir, ni exagerar; en colores
risueños quiero descubrir tu alegría, entre flores pondría tu pelo, si tu cara
es como el cielo y tus pechos como ríos, como un manantial, tus brazos largos y
ágiles parecen volar, tu sonrisa jocunda es como un desierto de perlas y tus
ojos el verde del eucalipto, cuya esmeralda perdida en el cofre de la hermosura
de tu rostro.
Hoy
voy a hablar de nuestro inseparable enemigo en donde su frió nos…
Loja,
13 de junio de 1998