miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA HIPOCRESÍA

“Nosotros no somos dueños de la verdad, sino que debemos sujetarnos a ella” es un frase de un reflexión que escuche, y que se adapta perfectamente a nuestros días donde tantos se han adueñado y se creen portadores de la misma y pobre del que piense o crea lo contrario; pero que más se puede esperar de una sociedad donde la hipocresía reina.

La hipocresía
Por ejemplo hace unos días se conoció la terrible noticia de la muerte de un niño sirio que huía con su familia de la guerra en su país, una imagen conmovedora del angelito muerto en la playa despertó múltiples reacciones y reclamos, muchos se rasgaron las vestiduras ante tal acto; y sin embargo muchos de esas personas que tanto se conmovieron con esa imagen son los mismos que hipócritamente, miran a otro lado cuando un niño se sube a un bus a vender dulces o a desafinar una canción, o le fastidia la presencia del campesino en la ciudad. Son ellos mismos que ante estos hechos protestas y reclaman, pero que callan cuando los que mueren, son de la oposición, son contrarios a sus ideologías políticas.



Una sociedad hipócrita donde en las últimas manifestaciones que se dieron en nuestro país, y específicamente en Saraguro, más allá, de quien fomento la violencia, vimos como salieron  defender y  victimizar a la policía a quienes hace unos pocos años, eran los primeros que salían a protestar y a botar piedras e insultos contra los uniformados, y que en ese tiempo se llenaban de patriotismo defendían a los indígenas nativos de este pueblo, y hoy los llenan de insultos y epítetos de desprecio.

Una sociedad hipócrita dónde nos llamamos cultos, o llenos de cultura, pero en la cual, es prefiere el show al arte, donde se le da mayor importancia al espectáculo que a la creación, donde las instituciones públicas apoyan agrupaciones privadas.

Somos expertos en ver los defectos de los demás, y peritos en  hacernos de la vista gorda de nuestros defectos. Sin duda no todos son así,  lo que pasa es que el bien es silencioso, discreto, y por eso parece que la maldad  ganado  la batalla, y como dice una canción “una caricia es muy callada respecto al ruido de una bomba”.

Pero que podemos hacer frente a los males que parece nos quieren devorar y entre ellos la hipocresía, pues ser auténticos, ser coherentes entre lo que decimos, pensamos y hacemos, no vender nuestra conciencia por un mendrugo de dinero o por una situación laboral, recuerden nada es para siempre y lo que hoy está arriba, no lo estará para siempre y tarde o temprano eso estará abajo.

Mientras  tanto a veces es mejor callar y me dedico a soñar, a luchar en silencio, a vencer mi propia hipocresía, mi propio egoísmo.

Por una cultura de vida

diferosil@yahoo.es

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