Una fría tarde de diciembre
con mi inspiración de hombre
le escribo versos a tu nombre.
Capullo ,pequeñito de pasión
alegría de mi triste canción
la mañana de mi aflicción.
Seré el soñador que mudo grita;
como roció que se agita
al caer en las hojas de la
margarita
El ofenderte no intento
con palabras que invento
en ellas no miento...
Tiene el cabello claro la niña
que al mirarte en la mañana
con una sonrisa te engaña.
Por la mañana das encanto
y en la tarde el desencanto,
yo no se siquiera que canto.
Demasiado tarde para amarte
muy pronto para dejarte
ya no puedo olvidarte...
De tus labios no soy dueño
por ellos tendré un ensueño
con tu nombre haré un sueño.
La
carta de donde salio este intento fue el primero, parece que antes ya olvide mi
doloroso ayer y al conocerla se abrieron nuevos horizontes; las fechas de
navidad fue el pretexto para escribir este trozo de letras y para despertar a
este bello cuento que fue Verónica.
Loja 1992-diciembre-20
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