Si
recibes esta carta es porque ya he agotado mi escuálida iniciativa y tal vez me
venció la timidez o el orgullo que es la misma cosa...
Quien lo hubiera creído que tu
con esa cara de niña inocente, con esa sonrisa ingenua y ese mirar esquivo,
lograría despertar en mi corazón la chispa de una esperanza.