viernes, 17 de mayo de 2002

EL PRETEXTO

Mientras te esperaba, trate de pensar si era cierto que te había encontrado A...a, que si serás solo otro sueño, tu imagen que llevo guardada en los poros se desvanece, se aproxima y se aleja.
           
En ese preciso momento llegas como el amanecer radiante, bella y envuelta en toda una cromática de colores, encantos y fábulas y esos tus dedos que colgando de las muñecas, se acercan y sumergen en tus cabellos alados, yo con mis pensamientos parece guió sus movimientos.

martes, 16 de abril de 2002

SU PRIMER AMOR


Hoy quizás ni lo recuerde, fue su primer amor, talvez nunca lo supo, el nunca se animo a decírselo. Tenía apenas catorce cuando la conoció, estaba dos niveles más de estudio que ella, ambos estaban aprendiendo a vivir, y las ilusiones ya rondaban en sus sueños.

Pero no le pudo hablar, la veía tan bonita e inalcanzable, el se enamoro de ella, ella ni siquiera lo sospechaba, sin saber porque se resigno a no tenerla a dejarla a no hablarle.

Un cobarde se sentía, sin valor para confesar sus sentimientos, su amor lo fue encerrando , un día partió lejos, con la irrisoria esperanza que la distancia la borraría de su mente, de su corazón, se marcho reprochándose el no haber siquiera ser su amigo o conocido, en sueños de fantasías jugaba a encontrarla, hablarle, y quererse por siempre.

Igual como partió así regreso, mas ya no la encontró, su pecho se lleno de abrojos al no saber donde buscarla.

Pasaron dos, tres años, la volvió a ver, en silencio lloro, se perdió en su mirar, en esos ojos tan profundos que parecían buscar los suyos. Al volver a mirarla ahora del brazo de un hombre, el comprendió la realidad, se sintió con cosas que no podía explicar. –nunca fuiste mía, algún día talvez te vea junto a mi- se dijo para si mismo…

Su nombre que era su idolatría lo grabo en su corazón, como un día en el banco del salón. La bella niña estaba convertida en una hermosa mujer, pero ya no podía ser, no no podía ser.

Loja, 21 de noviembre de 1994   16 de abril de 2002

LA REINA Y YO



Yo un tipo común y corriente, quizás un poco soñador y fuera de la realidad; ella sin embargo era toda una “reina”; en fin un jueves nos conocimos por casualidad; incluso antes de conocernos la había visto por allí y sentía apatía por ella, la había prejuzgado. Artificial, orgullosa, vanidosa y creída.


 En ese tiempo de haber sabido que allí la encontraría no me hubiese presentado de voluntario, cuando la conocí pensé para mi, -¡que mala suerte la mía encontrarme con esta tipa!- pues nos iba tocar trabajar juntos en el voluntariado.