Recién
empiezo a intentar buscarte para recorrer tu cuerpo con mis versos y extasiarme
en el silencio de tus ojos, rebuscar los sueños en los rizos de tus cabellos y
perderme en el murmullo del pendiente de tus orejas.
Quien podría entender mis afanes,
si me encierro en mi mismo y pongo cerrojo a la puerta para que nadie logre
entrar.
Loja, 30 de marzo de 2000
Loja, 30 de marzo de 2000
De pronto estabas tu aquí frente
a mi, y otra vez intentare dejar en libertad, mis pensamientos; me miras
fijamente y te despojas de todo aquello que te ata a este mundo, así ¡al
natural! eres mas hermosa y brillante que el capullo de las piedras preciosas.