Hacer teatro, o hacer cine, hace mucho tiempo dejo de ser para mí, un
pasatiempo o un hobby donde entretenerse, atrás quedaron los años donde uno
regala algo de su tiempo a practicar estas artes, con el paso de los años uno
va dándose cuenta que si se quiere hacer un buen espectáculo un buen trabajo
actoral o de director hay que asumir con responsabilidad tal función.
Por eso cuando uno está al frente de un proyecto de grabación o de montaje
de obra, desaparece el amigo y entra en juego el director, no es una cuestión
de egos ni de sentirse superior a los demás, es una cuestión de roles, donde
cada quien tiene un papel una función designada y hay que cumplirla, para que
el producto final salga perfecto.
No se trata que como soy amigo o
conocido del director o del jefe no asumo mi función y como me llevo bien con
el hago lo que quiero, la cosa no es así, el hecho de hacer teatro o cine es un
complejo proceso donde cada componente es vital donde todo funciona como una máquina
de engranajes si un solo engranaje se daña o no funciona bien toda la
maquinaria sufre y siente ese daño.
Al grabar un cortometraje todos son
necesarios desde el actor, pasando por el director hasta el utilero si uno de
ellos falla, en su tarea por más pequeña e insignificante esta sea se verá
afectada toda la producción. Y si uno está al frente de esta maquinaria
creativa se olvida que es amigo, de los demás, porque la prioridad es el
proyecto en sí.
Resulta bastante molestoso y a veces inverosímil que existan personas que
te la pasan diciendo, cuando vayas a grabar algo o cuando vayas hacer una obra tomaras
me en cuenta a mí me gusta quiero salir, y tu como buen amigo y compañero digas
muy bien ven tal día o cumple esta función, y que esa persona faltando una hora
o media hora antes de empezar el trabajo se disculpe porque le surgió un
imprevisto, pues ese imprevisto detiene la producción.
Hace poco que estuve de paso por mi ciudad, me propuse hacer algunas cosas
pequeñas de producción de audiovisuales, y lamentablemente pude comprobar que está
muy bien puesto el nombre que nos han dado a los lojanos de “alcanfores”, ya
que muchos se entusiasmaron y se alegraron incluso ellos solos se acercaron a
formar parte del equipo de trabajo, más al momento de ejecutarlo, a casi la mitad de
ellos les surgió una “epidemia” de enfermedades a sus familiares que les
impidieron ir a lo que ellos decían que amaban tanto y que tanto buscaron la
oportunidad.
En fin quizá esa forma de ser tan nuestro de animarnos con mucha rapidez, y desanimarnos con el
doble de velocidad sea una de las causas
del porque la ciudad aun no crece y no despega como otras del país, lo
tenemos todo, creatividad, talento, ganas, recursos, pero nos falta vencer ese
miedo, ese algo que nos hace desobligarnos y a inventar escusas para no cumplir
con nuestra palabra.
Sin embargo aún y a pesar de ello se
puede hacer algo, el mundo del teatro aunque existan algunos que crean que solo
ellos lo hacen, ha venido desde un buen tiempo abriendo senderos y caminos a pesar de las dificultades.
Ya se han hecho y estoy seguro se
seguirán haciendo cosas muy interesantes
en el ámbito cinematográfico, creo que la cuestión está en creer más en nosotros
mismo.
Por una cultura de vida
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