miércoles, 8 de junio de 2011

LA FAMILIA

Año tras año por estas fechas se escucha hablar de la familia, del niño, de la madre, del padre; de lo importantes que son en la vida, y es así que muchos de esos discursos se repiten, siendo así voy a intentar abordar este tema desde otra perspectiva.


Mi familia- Diego Robles


Para iniciar me pregunto ¿qué es la familia? En mi experiencia he podido comprobar que es el ámbito donde te sientes a gusto, donde cada individuo puede ser uno mismo, donde sabes que no tendrás sorpresas porque todo precisamente te resulta familiar; ya que se supone que conoces a cada uno de los elementos o integrantes de ese ámbito o entorno familiar.





¿Será por eso que, sobre todo muchos jóvenes  se siente más a gusto con sus amigos; que con sus padres y hermanos quienes son verdaderos desconocidos para ellos?.

La sociedad, la vida, la evolución no sé quién o qué, nos ha designado a cada ser humano un rol dentro de este círculo familiar, así tenemos el rol de padres, de hijos, de hermanos, etc. En tanto como cumplamos esta misión funciona mejor la familia. Sin embargo muchas circunstancias hacen que varios individuos no cumplan y no hagan lo que deberían hacer dentro de su hogar, quizás eso ha producido una desintegración familiar.

Y nos encontramos por una parte que los padres acusan a los hijos, de irrespetuosos, irresponsables, despreocupados, etc. Y por otra  los hijos creen que sus progenitores son anticuados, los juzgan de no entenderlos, en algunos casos de querer comprar el cariño con dinero, regalos y otras cosas; en otras circunstancias en cambio de ser los padres los irresponsables, y no ayudar a sus hijos, prefiriendo ayudar a personas ajenas antes que a sus hijos.

La familia
Si tan solo fuéramos más humanos, más solidarios con los demás, si dejáramos de pensar en nosotros mismos, si asumiéramos a cabalidad esos roles que nos toca desempeñar en la vida, quizá la cosa sería distinta. Y dejaríamos de buscar culpables.

Qué triste ver que muchas veces algunas que se llaman familia solo los une los nexos de sangre, pero nada más los une, un apellido en común, y cada miembro vive su propia realidad, y todos los demás ignoran sus alegrías y penas, son como desconocidos durmiendo bajo el mismo techo.
En mi caso a pesar de haber nacido y crecido en un hogar sin padre, aprendí a valorar la familia y descubrí que la confianza que debe reinar dentro de este entorno debe ser básica, con sus dificultades y malos ratos, se ha logrado salir adelante, y ahora en parte soy lo que soy gracias a mi familia, a mi madre, a quienes me criaron de pequeño.

Pero la vida me ha dado otra familia, y no porque me haya casado y tenga mujer y hijos, sino más bien en el teatro, donde aprendí a ver y sentir en mis compañeros de tablas a  una familia, donde todos nos apoyamos, nos comprendemos y tratamos de resolver los conflictos, porque el problema de uno de sus integrantes afecta a todos. Y claro aquí no existe el rol de padre, madre e hijo, solo existe el rol de ser amigo, hermano compañero y de saber que cuento con el apoyo de ellos y ellos con el mío. En fin un lugar mágico donde poder ser niño de nuevo, reír, llorar sin más preocupación que hacer lo que me gusta, sin miedo al que dirán.

Desde mi trinchera, y mi computador sigo soñando porque todos entendamos, y aceptemos que todos somos hermanos, hijos de un Padre celestial que nos ama, y que nos pide que defendamos a la familia de tantos ataques que buscan destruirla.

Por una cultura de vida

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