Muchas veces hemos escuchado esta
frase: “hay que cambiar” y quisiéramos que el mundo, que la sociedad cambie,
que se acabe la maldad y las injusticias, pero que hemos hecho al respecto para
lograrlo.
|
EN BUSCA DE UN CAMBIO |
Ante todo para intentarlo debemos
ser sinceros, y sinceros con nosotros mismos, ante nuestra actitud o pasividad
ante lo malo de este planeta, de nuestra ciudad, podemos fingir y llevar una
doble vida, pero a uno mismo es imposible mentirse, y es que ¡cuánto cuesta decir la verdad!, ¡cuánto nos
cuesta decir lo que pasa en el corazón!
Debemos aprender a tener y
cultivar una sana conciencia del mundo, de nuestro interior, deseos, anhelos,
sentimientos, pasiones; definiendo y
llamando a las cosas por su nombre; blanco o negro, bueno o malo; lamentablemente siempre estamos
buscando y disfrazando nuestros errores, nuestras culpas, nuestras debilidades
para poder vivir con ellas y para que esa misma conciencia no nos reproche
luego.
El cambio, la conversión va más allá
de no hacer el mal, sino en hacer el bien; si no eres capaz de ayudar hazte a
un lado y no estorbes ni critiques a quien lo hace, pero recuerda si quieres
vencer al mal, haz el bien, cada vez que puedas, cada minuto de tu existencia y
veras que la maldad va desapareciendo de tu vida y por lo tanto de la sociedad.
|
EN BUSCA DE UN CAMBIO |
Recordemos que nuestros errores, nuestra maldad, nuestra
omisión del bien, nuestro pecado, en fin como quisiéramos llamarlo, no solo es
una transgresión sino una herida en el corazón, primero en el tuyo, luego en los
que te rodean en la sociedad en general, porque cuando tú haces algo mal a escondidas y crees que
nadie te ve, esa maldad repercute en todo el mundo, y además hay un Dios que ve
hasta los secretos más recónditos, sobre todo de nuestro corazón.
Para buscar un cambio, primero
debemos sincerarnos como dije anteriormente, saber quiénes somos en realidad,
quitarnos la máscara con la que engañamos a todos, porque uno, no es lo que
hace, sino lo que es.
¿Quién eres tú?, no yo si me
porto bien, si ayudo, si esto, si aquello…. No te pregunto qué haces sino quien
eres.
Y por último desde mi rincón creo
que para poder lograr un cambio debemos, partir del amor, claro que amar da
miedo por eso se juega amar, y el juego no compromete y el amor sí, pero de eso trataremos en otra
oportunidad.
Por una cultura de vida.