La vida es una ruptura, un día
estás y el otro ya no, la muerte te llega, por eso cada día hay que aprender a
decir adiós a tantas cosas, ya que el hombre al igual que un computador tiende
a fragmentar a dividir su vida, lo que ocasiona un caos, y vivimos con el
corazón partido.
Las rupturas (Foto Diego Robles) |
Esto nos trae como consecuencia
que nuestra sociedad, nuestras vidas y nosotros mismos seamos caóticos, en
nuestros afectos, en nuestra sexualidad, en nuestros sentimientos. Por ello es
necesario hacer un pare a nuestro caos, buscar la unidad interior, hacer
conciencia y saber a quién alimentamos al bien o al mal, a la verdad o a la
mentira.
No se puede asumir la vida, la vocación, el
trabajo, el estudio o el matrimonio, no sin antes romper con lo único que no
nos deja crecer y divide nuestro corazón, la maldad, el mal, el pecado como
quiera llamárselo.
Por eso cada día, debemos
unificar nuestro ser, para no vivir divididos, debemos dejar de actuar o
presentarnos como una persona cuando en el fondo soy otra; debemos realizar día
a día varias rupturas con esas cosas que
no nos dejan crecer, que rompen nuestra unidad. Por ello es necesario que
sepamos ¿cuáles son nuestras rupturas?, las nuestras no las del vecino, no las
del esposo o esposa, sino las mías personales; ya que una persona no puede
vivir, ser feliz si sigue en el mal, en el error, en la mentira, en la
corrupción; puede estar en una seuda
felicidad momentánea, pero al final la vida le pasara la factura.
Por otro lado al igual que la
música nosotros vivimos con un clave, ideal, actitud, y de acuerdo a ella
realizamos nuestras acciones, entonamos nuestra existencia.
En que clave, en qué actitud estás viviendo:
en el placer o en amor; en la necedad o en el aprendizaje, en hacer lo que te
viene en gana o en lo espiritual, sin tu vida ha sido un caos, es porque has
estado viviendo con la clave equivocada o no la has tenido.
Pero nunca es tarde, una pasión
se cura con otra pasión más grande, un amor se cura con otro amor más grande, y
recuerda que siempre el bien, la bondad, la compasión la solidaridad son más
grandes que todo, el amor de Dios es muchísimo mayor que todo.
Solo ese amor sublime es capaz de
desfragmentar tu corazón y devolverle la unidad a tu vida, la cosa es que te
dejes ayudar que estés dispuesto a salir del caos en que vives, o es que ¿por
vivirlo tanto tiempo ya no lo quieres dejar?
Por una cultura de vida
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