miércoles, 14 de marzo de 2012

EL VERDADERO VALOR

Si ante usted le presentan dos pequeños frascos y le piden escoger uno;  el primero  que es limpio, resplandeciente, tiene hermosa líneas; o el segundo que en cambio está un poco deteriorado, magullado, y tiene una superficie plana, ¿cuál preferiría?

El verdadero valor  (foto: Diego Robles)

Yo creo que la mayoría elegiríamos el primero, pero que pasaría si nos dijeran que tenemos que usar su contenido, cual escogemos, al primero el de hermosas líneas contiene agua rancia o el segundo al de formas planas que contiene un delicioso perfume; en este punto seguro usted cambio de parecer, pero déjeme decirle que eso es falso la mayoría se quedaría con el primero y le voy a explicar porque.

En una sociedad como la nuestra lo que prima es lo espectacular, lo llamativo, lo novedoso, así en el mundo del arte y de las relaciones humanos preferimos aquellas obras, (películas, música, baile, etc) que son promocionadas como un espectáculo, con un gran marketing donde nos hacen creer que es lo mas fabuloso que habido y habrá, y nos engañamos nosotros mismos creyéndolo, aunque todo el mundo sepa que son obras que contiene pura técnica y nada de arte, en donde todos saben que son obras sin contenido, sin mensaje, sin esencia, que son bonitas pero nada más, pero igual  asistimos porque todos lo hacen; y así nos quedamos con el primer frasco del ejemplo.

En nuestra vida personal sucede igual, buscamos bien sea para amistad o para el amor  relacionarnos, con personas de buena apariencia, o con mucho dinero o posición social, y hemos llegado a creer que solo ellos valen.

Nos dejamos llevar por lo superficial, son muy poco que se atreven abrir el frasco para ver su contenido, nos contentamos con las apariencias,  hemos llegado a un punto donde personalmente me pregunto ¿en que radica el valor de una obra?

En su publicidad y promoción o en su creatividad, y contenido. ¿En dónde radica el valor de una persona?, en su situación social, económica  y apariencia física, o en sus sentimientos, en su ser como persona.

Por ello es que digo que usamos el primer frasco, el que contiene agua rancia, porque todos los demás tienen que ver que uso un frasco limpio, hermoso,; sería inaceptable que me vean usar un frasco viejo y golpeado, pues  el contenido  es lo de menos.

En estos momentos me acuerdo lo de “sepulcros blanqueados”, hermosos por fuera y podridos por dentro, en nosotros esta tomarnos el tiempo de conocer y dar el verdadero valor a las cosas y a las personas, estoy seguro que si lo hacemos tendríamos un mundo mejor, más honesto y sincero, ya que se acabarían las apariencias, la hipocresía y la envidia.

Desde mi humilde rincón, con mis pobres palabras y desde mi teatro siempre he buscado dar y ofrecer lo mejor de mí, la mejor creatividad posible, y me siento feliz por ello, sobre todo porque lo he presentado como lo que es , arte, sentimiento, y me alegro de no haberlo prostituido vendiéndolo como un gran espectáculo y sobredimensionando lo que en verdad es, si por eso me he quedado pobre y no he podido vivir del arte no importa, lo importante es que soy feliz por tratar de ser autentico y no pura apariencia, por tratar de ser como el segundo frasco.

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