En teatro tenemos
una frase que la utilizamos en varios momentos y circunstancias, “corazón cálido, y cabeza fría”, con el paso del tiempo he comprobado que la misma no solo sirve
para el mundo de las tablas, sino para toda la vida; sobre todo en momentos en
los cuales debemos tomar una decisión.
Decisiones- Diego Robles |
Sin duda todos los
días tomamos decisiones, sin embargo, existen momentos en los cuales se toma decisiones
de vida, como por ejemplo, contraer matrimonio, mudarse de ciudad, cambiar de
amistades o de trabajo, son circunstancias en las que más debemos tener el
corazón cálido, pero también la cabeza fría.
Este tipo de decisiones
de vida sin duda deben ser tomadas con calma y mucha reflexión, y no por la
euforia de un momento, tienen que ser el resultado de un lento pero profundo
análisis de factores, ya que sin duda cualquiera sea nuestra decisión esta provoca en nosotros una serie de cambios en nuestra existencia,
rupturas, adioses, despedidas, que aunque duelan en ese momento.
A veces por temor
al fracaso o al cambio dilatamos y demoramos demasiado la toma de decisiones, y
pasamos poniéndonos pretextos para eso, o lo que es peor buscamos culpar a
otros de nuestra falta de voluntad. Si decido, casarme, o mudarme de ciudad,
eso provocara que deje mi vida de soltería, que deje a mis amigos y
diversiones, y que entre y empiece a vivir un nuevo estilo de vida, si va bien
o mal, dependerá de muchos factores, pero sobre todo de esa primera decisión,
que si la tomo muy apresuradamente o con mucho retraso tendrán consecuencias, o
si toma la decisión sin medir todo lo que eso implica.
Claro que esto no
quiere decir que por miedo no de ese paso, o lo de a ciegas, a veces es bueno ser aventurero y arriesgarse, pero para
ello sobre todo debemos poner nuestra mente en frio, pero sin olvidar nuestros
sueños y anhelos.
Por ello es
necesario tener la suficiente madurez
para aceptar las consecuencias y efectos
producto de nuestras decisiones; sean
buenas o malas, sin buscar echar la culpa a otros de nuestros errores, es por
eso que no debemos apresurarnos cuando nos corresponda tomar esas decisiones,
deberíamos poner como en una balanza lo bueno o malo.
En teatro antes de
salir al escenario ocurre una catarsis, una conversión mágica en la que dejamos
de ser nosotros mismos, para darle vida a un personaje, corazón cálido para
darle vida a ese personaje, y hacer que sufra, que llore que ame y sienta
durante la obra, pero también cabeza fría, para no olvidar las reglas
actorales, para saber que lo que pasa en el escenario se queda en el escenario,
y sobre todo para recordar que cuando cae el telón somos nosotros mismos otra
vez.
Las decisiones
aunque duelan y tengan consecuencias inesperadas, nos ayudan a crecer y debemos
aprender por eso a tomar las correctas, porque al final del día, y de nuestra
vida seremos el resultado de ellas.
Por una cultura de
vida
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