miércoles, 4 de abril de 2012

ENTRE EL BIEN Y EL MAL

Hace cinco años un  día como  voy mi vida cambio,  y  recién vengo a entender  cuál era la razón de tanto sufrir, de sentir que la vida se acaba con la inesperada partida de aquel pobre angelito, recuerdo era semana santa como ahora, sabía que cuando enterraba su cuerpo, algún día entendería que recién nacía una nueva vida en mí, y hoy luego  de tanto tiempo lo comprendo.


Entre el bien y el mal
A modo  de comparación  a  los  actores  novatos  les desespera los ensayos, y las largas y continuas repeticiones y  errores antes  de  la  presentación,  y  poco a poco va dejando de ser el mismo y se va convirtiendo en el personaje.

En mi vida en este tiempo quiero pensar en que me toca interpretar la santidad, que esa es la lección y oportunidad que en aquella triste tarde sepulte, hago un alto, aun no estoy loco o quizá sí, no lo sé.

En este mundo donde da miedo, y vergüenza ser bueno, ser honesto y honrado, donde lo común es aprovechar la ocasión, no dejarse de nadie ni de nada, hacer lo que todos hacen, y  para demostrar que yo no temo que soy libre y que tengo otra oportunidad sueño y lucho porque todos quisiéramos asumir la santidad como una forma de vida, como decía la madre Teresa  de Calcuta “...la santidad no es el privilegio de unos cuantos, sino un deber de todos”

Pero antes que me juzgue amigo déjeme explicarle mi concepto particular de santidad, ser santo no es estar metido tarde y noche en un templo, no es nunca  decir una palabrota, no es hacer milagros ni prodigios, no es andar agachadito y sumido y como temeroso de todo y solo pasarse hablando de Dios.

Para mí un santo es una persona, que vive en este mundo y se atreve a ser diferente, que no hace lo que todos hacen aunque eso haga que lo marginen, es aquel hombre que se equivoca, que cae y ofende, pero es aquel que no se queda caído, es aquel que hace del dolor y del sufrimiento un motivo de lucha, de vida  y no de venganza.

Es aquel que no necesita hablarte de Dios, porque con su sola presencia tú te sientes en paz, con sus acciones entiendes que debe existir un mas allá. Pero sobre todo ser santo significa amar, y hacerlo sin condiciones, y dar ese amor a todos incluso sus enemigos, que mayor prodigio que ese, que vencer el orgullo, la envidia, el rencor y dar la mano o abrazar y perdonar a quien te ha herido.

Que este miércoles, jueves y viernes no sea de feriado, de un alto de actividades, o solo sea un tiempito para visitar un templo, más  bien  que sea el inicio de una nueva vida, donde hagamos morir todo lo malo de nosotros, y demos vida a una nueva persona llena de entusiasmo y amor,.

Si no lo logro no importa, pero por lo menos lo intento, cuando llegue el día supremo de mi presentación estelar estaré satisfecho porque sabré que mis ensayos y mis esfuerzos valen la pena, además puedo elegir entre el mal o el bien y prefiero el bien.

Por una cultura de vida

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