![]() |
La improvisación y la vida |
Con amor, hacer
teatro, estudiar el libreto, ensayar, actuar, presentarte, recibir los aplausos;
todo esto hacerlo con ganas, poniendo todo el corazón, todo tu amor y entrega,
solo así podremos decir que somos actores.
En la vida común y
corriente pienso que debe ser igual, para ser un buen ser humano, debemos hacer
todas las cosas, con ganas, con amor, con entrega, teniendo en mente que la
satisfacción del deber cumplido es más valioso que el dinero que podamos
obtener. Por eso considero afortunado
aquel que trabaja en lo que le gusta, porque puede disfrutar haciéndolo y
además trasmite ese entusiasmo a los demás, pero por desgracia parece que a
muchos funcionarios públicos no aman su trabajo, no les gusta lo que hacen
parece que estuvieran en su cargo porque les toco, y todos lo hemos comprobado
en su mal trato a los usuarios.
A un como actor
muchas veces le corresponde asumir y hacer personajes que detesta y que
contradicen su propia vida, imagínense ustedes si ese actor o esa actriz no ama
la actuación, no ama la cultura, sus representaciones, serán un fracaso, porque
su labor reflejara su vida, no asumirá ni aceptara el reto que ese personaje
odiado representa, en otras palabras si estoy en un trabajo que detesto y solo
estoy allí por un sueldo, pues hagamos que ese amor al dinero sea un estimulo
para disfrutar de nuestra labor.
Improvisar, en
teatro es buscar la solución más rápida y adecuada a una determinada situación,
problema o equivocación; pobre del actor que no sepa improvisar, que se hunda
en dilema y no sepa que hacer, simplemente la obra se detiene, se termina; por
eso a los aspirantes a actores la improvisación es una de las primeras cosas
que se enseñan y que durante toda la vida en el teatro se está practicando.


Pero hay que
improvisar usando el contacto con los demás, porque muchas veces caemos, muchas
veces la vida, nos pone en circunstancias y situaciones en las que no sabemos qué
hacer, en una sociedad perfeccionista en la que nos han vuelto desconfiados,
tanto con los demás tanto con nosotros mismos, no somos capaces de perdonar ni
perdonarnos un error. Pero la vida es un gran teatro, estamos viendo un eterno
drama, representando un personaje impuesto al que muchas veces no lo queremos
representar, no queremos esta vida que nos ha tocado; y nos equivocamos, nos
olvidamos nuestro papel, nuestro rol, allí es cuando debemos improvisar y hacer
que la obra no se detenga, que la vida
no se detenga por la tristeza, la depresión o tantas otras cosas, allí también
es cuando ya no podemos improvisar, nuestros compañeros actores, nos dan el pie
de nuestro texto, para recordar que sigue.
Y al final, cada quien según su creencia recibirá su aplauso, su cielo o su infierno, o su nada, lo importante es haber aprendido que nuestra vida fue un conjunto de improvisaciones, porque el libreto nunca estuvo escrito, lo fuimos escribiendo día a día.
Y al final, cada quien según su creencia recibirá su aplauso, su cielo o su infierno, o su nada, lo importante es haber aprendido que nuestra vida fue un conjunto de improvisaciones, porque el libreto nunca estuvo escrito, lo fuimos escribiendo día a día.
Por una cultura de
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario