Artículo escrito para la revista de la cámara de artesanos de Loja
Sin duda es una de las ramas
artesanales que más se ha difundido, y no existe ninguno de nosotros que no
haya usado sus servicios más de una vez, estoy refiriéndome a los gabinetes o
salones de belleza y a las peluquerías.
Para conocer mejor este
importantísimo oficio, conozcamos a tres de sus representantes. Así tenemos a
doña Esther Castillo Troya quien después
de estudiar y graduarse en el interprofesional de Catamayo, se puso su gabinete
y comenzó a trabajar en el 2004.
Por su parte don Livio Ayala Torres
nacido en el cantón Calvas, se inició en 1959, él aprendió el oficio de
peluquero de su padre quien se retiró muy joven, nos confiesa Ayala que al
inicio no le gustaba mucho el oficio porque en ese tiempo había que manejar la
navaja de mano, saber afilarla en piedra asentar en las respectivas correas que
habían.
En cambio la señora Estrella
Burneo Sánchez, viene ejerciendo el arte de las tijeras desde los 15 años en
que se graduó de belleza; luego siguió corte y confección y en el 2003 abre su gabinete, ella nos cuenta
que al principio le consto sacar los permisos legales para poner el local
y estar capacitándose para estar actualizado.
Los tres a su manera han buscado
precisamente eso, capacitarse; por ejemplo: Estrella Burneo ha participado y
asistido a cursos en Quito, Guayaquil Cuenca y en nuestra Loja a las
capacitaciones que ofrece la Cooperativa de ahorro y crédito de la pequeña
empresa de Loja CACPEL. También nos
cuenta que se la asociación y reúnen
varias personas dan una cuota y traen un instructor de fuera para que les de
algún curso.
El maestro Ayala el asistir en
1974 a su primer curso de peluquería que se desarrolló en Cali, hizo que cambie
su forma de ver a peluquería. “estuvimos 2 ecuatorianos allá un guayaquileño y un
lojano yo, al regresar del curso cambie
la forma de atención al cliente.
Él al tener más años ejerciendo
el oficio, ha tenido la oportunidad de capacitarse en varias oportunidades así
tenemos que en 1978 asiste a otro curso en Guayaquil con instructores franceses
e italianos, después de eso empezó a utilizar herramientas desechables, - “deje lo tradicional que era, tuve que
separar para empezar a atender a los señores clientes de una manera más moderna”.
“E sido muy preocupado en esto ,
tengo muchísimos cursos en diferentes ciudades del país y aquí en Loja “ aunque
prefiere los cursos fuera de la ciudad , “siempre
he estado presente, no me he perdido uno, han venido estilistas de otros continentes han venido a
dar al Ecuador, , no me he perdido esos cursos, siempre he estado muy pendiente
”
El último curso que siguió fue en
1998 duro 4 meses en Quito, “…en estas
profesiones tenemos que estar siguiendo la corriente del tiempo, no podemos
quedarnos estáticos, siempre estamos tratando de actualizarnos para prestar un
mejor servicio”.
Estas dos damas de la belleza y
don Livio en la peluquería, nos manifiestan que han podido mediante su trabajo
sustentar y sostener a sus familias, y que se sienten muy a gusto de ejercerla a
pesar de las dificultades.
“Uno se siente realizado sobre todo porque los hijos se sienten felices
sabiendo que la mami está trabajando… está ayudando a servir, entonces en el
ámbito económico se gana lo básico para cubrir las necesidades de una familia”. (Estrella Burneo Sánchez)
“Me he dedicado por entero a la peluquería, no se me entretenido en
otra actividad con eso se a podido sostener a la familia.” (Livio Ayala)
“E sustentado con este trabajo los gastos de mi familia y de mis hijos” (Esther Castillo)
Con resultados diferentes Don Livio y la señora Esther, han visto cómo
sus hijos se involucran con esta profesión. Mientras que al primero su hijo no
le gusta la profesión, “trabajo una
semana pero lo dejo”. Doña Troya ha tenido más suerte, su hija de 14 años
peina y hace otros trabajos relacionadas con este arte de la belleza, “lo hace en forma manual, lo hace solo con
sus dedos... yo mismo le enseño…”
Como todo en la vida, no han
faltado problemas, y anécdotas que les ha tocado vivir y superarlas.
Estrella Burneo nos cuenta por
ejemplo que cuando era estudiante necesitaba 10 personas para hacerse un corte
de cabello, para tintes y otras cosas… y
yo me dije nadie va a querer que yo lo haga porque era muy jovencita, pero
cuando hice el primer corte lo hice muy bien, la misma persona fue trayendo más
personas, toda la familia, amigos y ya no necesitaba estar buscando porque ya
solitos llegaban.
Livio Ayala nos cuenta: que se
Inició con la máquina de mano, luego
vinieron las maquinas eléctricas, la marca alemana Orestator que no
todos podían comprar, él no la pudo comprar, luego vino la MARCA OSTER “yo la compre pero no aquí en Loja sino en
Cuenca, a plazos, la maquina me costó 120 sucres, la saque para dos años plazos
y de allí me dividieron para los 12 meses
los 120 iba mandando por correo a Cuenca las mensualidades y era
difícil, no cualquiera podía tener una maquina eléctrica “
Por su parte a
Esther Castillo, al inicio cuando puso recién su negocio los amigos de
lo ajeno le robaron todo,”…pero como eso
me ha gustado no fue algo para decir aquí dejo esto; eso me dio más fuerza para adquirir nuevamente
todos los equipos necesarios para abrir el gabinete y seguir adelante.
Un factor en común y que
coinciden nuestros artesanos de la tijera y peinilla, para mantenerse en este
negocio es en buen trato a sus clientes; por eso no les afecta la competencia:
Livio Ayala al respecto comenta:
- “Al venir atendiendo con la manera
tradicional tenemos mucha experiencia, lo que no nos afecta que existan otros
salones o gabinetes de belleza , cada cual tiene su clientela, yo por ejemplo tengo una clientela de 52 años
que no se han retirado , llegaron de un añito y ahora ya son abuelos"
Por su parte Estrella Burneo
manifiesta: “Es bueno y bonito que exista
más competencia, como uno se prepara no hay problema porque uno se gana los
clientes con el trato, se puede ser buena profesional pero el trato es tiene
que ser muy bueno.”
Y Esther también dice no tener
problemas con la competencia; “si se da buena atención, el cliente no traiciona”,
entre sus clientes tenemos, a personas que trabajan en instituciones públicas
o privadas no tienen tiempo y reservan
su cupo.
En cuanto a los materiales que
utilizan nuestro entrevistados tenemos que Esthercita adquiere del Perú, “porque es más rentable aunque deberíamos consumir productos
nacionales”. Entre otros los productos que ella utiliza son: esmaltes,
acetonas, para los tintes hay de varias calidades por el color, sillón,
peinillas, secadoras, etc.
El peluquero Ayala por su cuenta,
desde 1960 compra las herramientas y materiales por mayor, peinillas por cajas,
“una peinilla la usamos máximo 15 días y la cambiamos”. El cuenta que el hace esto porque no le
gustaba usar cloro para desinfectar las
peinillas y mejor la desecha. Según sus propias palabras, él siempre busca lo
de mejor calidad para sus clientes.
Utilizaban el jaboncillo “tropical” que era exclusivo
para peluquerías, “cuando le poníamos
colonia al cliente cada 8 días era obligatorio venir a la peluquería y cuando venían se encontraba concentrado el
perfume en el cuello, pero es que siempre yo compraba lo mejor, colonia de la
buena"
En cuanto a la clientela ellos se
expresan así:
-
Al inicio
se me bajo el 60 % de la clientela al tener el local en el tercer piso, al no estar la ciudadanía acostumbrada a
subir a pisos altos, hasta ahora a ciudadanía no se adapta y le ven la
dificultad el alto del piso, pero como la peluquería es conocida tenemos muchos
clientes. (Livio Ayala)
Esther
Castillo atiende en tiempos de fiestas
12, 15 hasta 20 personas diarias.
-
Por lo
general se tiene 8 personas mínimo. (Estrella Burneo)
Y para terminar les ofrecemos
algunos datos importantes de estos emprendedores.
Estrella Burneo
Los que arriendan en el centro lo hacen a medias con otros y se dividen
los gastos, si yo me pongo en centro, ya todo sería computarizado.
Dentro de sus clientes esta su
misma familia, su hermana Victoria Burneo que tiene varias presentaciones,
maquillándola y peinándola.
Livio Ayala
Trabaja con su esposa quien le
ayuda de vez en cuando, cuando tenía el local en el primer piso trabajaban 4
personas, allí tenía una perfumería, en el primer local al frente lo cerro
Actualmente cobran 3 dólares
aunque confiesa que desde el inicio él cobraba más caro, pero atendiendo mejor
al cliente aunque su peluquería no era elegante.
Esther Castillo
Tiene en mente poner un local de
dar tratamientos faciales, y sacar su
local al centro mediante un crédito del ministerio de la producción.
“Quiero Invitarles a los que tienen su título artesanal a unirse y
reclamar sus derechos que les asiste la ley de defensa del artesano que solo ha
estado en libros y nunca hemos hecho que se haga realidad para el beneficio de
todos”
“A quienes aún no están inscritas a la cámara de artesanos, invito se
inscriban, pronto tendremos ayudas del gobierno”
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