Quien no lo ha
sentido alguna vez, quien alguna vez por culpa suya no logro algo que deseaba;
pero ¿qué es el miedo? Antes lo consideraba como a un sentimiento, como a
una sensación de impotencia, temor, vergüenza o desconocimiento de algo que nos
ayuda a no arriesgarnos ni a exponernos ante el un determinado peligro o
amenaza.
Ahora considero que es algo que nos invita,nos motiva a vencerlo a superarlo; muchas veces existen miedos injustificados que nos detienen y no nos permiten decidirnos, ni avanzar.
Si el miedo es malo
o es bueno, no interesa, lo que importa es hasta qué punto, los propios miedos
no nos dejan avanzar y detienen nuestro caminar, en este sentido sería
necesario ponernos a reflexionar acerca si un determinado miedo es real, si
tiene justificativo o simplemente está allí por falta de experiencia.
Una de las
principales características del miedo es sembrar duda en nosotros, en volvernos
desconfiados de nuestras capacidades y conocimientos, será que las malas
experiencias nos quitan nuestra confianza en los demás y en nosotros mismos
y nos van llenando de miedos y traumas que nos cuesta enfrentar.
Hay miedos reales,
peligros reales y eminentes como la delincuencia, la inseguridad social,
desgracias de la naturaleza, ante los cuales no debemos arriesgarnos
innecesariamente, no podemos ser ante ciertas cosas ni imprudentes, ni
temerarios, desgraciadamente algunos por demostrar que tan valientes y sin
miedo son, se arriesgan y arriesgan a otros a situaciones riesgosas, como
conducir en estado de ebriedad.
No debemos
arriesguemos así por cualquier tontería, los miedos que debemos vencer y
combatir son aquellos que detienen nuestra evolución y progreso como seres
humanos, todas esas cosas que no nos dejan alcanzar una meta.
Miedo hacer el
ridículo, miedo a fracasar, miedo al amor o amar, miedo a perder, miedo a
perdonar; solo son algunos ejemplos y claro están en nuestras vidas por
algo, sin embargo a veces son simples fantasmas que nosotros mismos nos podemos
y venimos arrastrando.
Aquí entre nos a mí
el teatro me ayuda a vencer y a superar a muchos de mis miedos, de mis
obstáculos que me frenan y estancan; pero no crean que soy un ser sin
miedos los tengo, un actor en su vida artística nunca deja de tener miedo antes
de una presentación, antes de enfrentarse al público, pero con decisión y
disciplina aprende a dominarlo y usarlo en su beneficio.
El primer miedo a
vencer es el miedo al ridículo, hacer cosas tontas, a saber que se pueden reír
de ti, pero conforme uno se prepara y se va conociendo sus capacidades es
posible superarlo, uno debe aprender a conocer sus propias habilidades y
limitaciones, y en cierto sentido nunca seremos capaces de conocer si somos
capaces de algo si no nos atrevemos hacerlo.
Y el miedo de hoy,
cuando es superado se convierte en anécdota del mañana.
Por una cultura de
vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario