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Otra vez entre nosotros |
Ahora que ya está entre nosotros,
después de un largo recorrido, se siente la paz, la alegría y la esperanza que
su presencia trae a toda la ciudad, me pregunto ¿cómo podremos corresponder a
tan grande amor que nos tiene?
Un año más de peregrinación, dejaremos que sea un año más, porque no hacemos que este sea el primero, el inicio de un cambio de vida, en la que el entusiasmo y fervor del momento se mantenga toda nuestra vida y no solo por estas fechas.
Un año más de peregrinación, dejaremos que sea un año más, porque no hacemos que este sea el primero, el inicio de un cambio de vida, en la que el entusiasmo y fervor del momento se mantenga toda nuestra vida y no solo por estas fechas.
Es en este momento en los que deberíamos
reflexionar, cuantas veces hemos hecho la caminata acompañándola, cuántas veces
hemos peregrinado junto a ella, la hemos
cargado sobre nuestros hombros; sin embargo eso nos a ayudado a vivir
correctamente el resto del año, a ser mejores persona, mejores cristianos;
porque puede pasar que después de estas fiestas y fervor se nos olvide ese amor
que decimos profesarle, y sigamos en nuestro mundo, en nuestros vicios, en nuestros
egoísmos; en fin en todas esas cosas que nos desmerecen llamarnos hijo suyo.
¿Que será más fácil caminar 72
o 35 km trayéndola o caminar hasta donde
el necesitado y ayudarlo, caminar hasta donde tu vecino y reconciliarte,
caminar hasta la habitación de al lado y darle mi amor a mi familia?
Tuve la dicha de nacer en esta
hermosa tierra de Loja y desde niño aprendí
a quererla; con el paso del tiempo fui comprendiendo que ese amor y cariño que
se le tiene y que ella nos tiene, te pide y te exige correspondencia, en cosas
concretas; aprendí que “Yo quiero misericordia, corazón y no sacrificios” es muy importante a la hora de rendirle y
mostrarle nuestro afecto.
Es sorprendente y maravillo como
sus hermosos ojos, a uno lo cautivan, es imposible quedarse indiferente a ese
mirar de madre, en donde te trasmite su
amor o su reprensión si te estás portando mal.
De mi parte me siento afortunado
de llevar el mismo nombre que el escultor que tan hábilmente realizo su imagen
hace ya más de 400 años; lo que me compromete a guardar y grabar su imagen y su
ejemplo en mi corazón.
Desde mi humilde trinchera quiero
rendir mi admiración y amor a mi madre, a nuestra madre la Reina del Cisne que
otra vez está entre nosotros. Y que ya no se irá más, porque cuando regrese en
noviembre a tu santuario, ella se quedara por siempre en nuestro corazón.
Lealo en diario centinela
Lealo en diario centinela
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