martes, 23 de agosto de 2011

OTRA VEZ ENTRE NOSOTROS

Otra vez entre nosotros


Ahora que ya está entre nosotros, después de un largo recorrido, se siente la paz, la alegría y la esperanza que su presencia trae a toda la ciudad, me pregunto ¿cómo podremos corresponder a tan grande amor que nos tiene?

Un año más de peregrinación, dejaremos que sea un año más, porque no hacemos que este sea el primero, el inicio de un cambio de vida, en la que el entusiasmo y fervor del momento se mantenga toda nuestra vida y no solo por estas fechas.

Es en este momento en los que deberíamos reflexionar, cuantas veces hemos hecho la caminata acompañándola, cuántas veces hemos  peregrinado junto a ella, la hemos cargado sobre nuestros hombros; sin embargo eso nos a ayudado a vivir correctamente el resto del año, a ser mejores persona, mejores cristianos; porque puede pasar que después de estas fiestas y fervor se nos olvide ese amor que decimos profesarle, y sigamos en nuestro mundo, en nuestros vicios, en nuestros egoísmos; en fin en todas esas cosas que nos desmerecen llamarnos hijo suyo.

¿Que será más fácil caminar 72 o  35 km trayéndola o caminar hasta donde el necesitado y ayudarlo, caminar hasta donde tu vecino y reconciliarte, caminar hasta la habitación de al lado y darle mi amor a mi familia?

Tuve la dicha de nacer en esta hermosa tierra de Loja  y desde niño aprendí a quererla; con el paso del tiempo fui comprendiendo que ese amor y cariño que se le tiene y que ella nos tiene, te pide y te exige correspondencia, en cosas concretas; aprendí que “Yo quiero misericordia, corazón y no sacrificios” es muy importante a la hora de rendirle y mostrarle nuestro afecto.

Es sorprendente y maravillo como sus hermosos ojos, a uno lo cautivan, es imposible quedarse indiferente a ese mirar de madre, en donde te trasmite  su amor o su reprensión si te estás portando mal.

De mi parte me siento afortunado de llevar el mismo nombre que el escultor que tan hábilmente realizo su imagen hace ya más de 400 años; lo que me compromete a guardar y grabar su imagen y su ejemplo en mi corazón.

Desde mi humilde trinchera quiero rendir mi admiración y amor a mi madre, a nuestra madre la Reina del Cisne que otra vez está entre nosotros. Y que ya no se irá más, porque cuando regrese en noviembre a tu santuario, ella se quedara por siempre en nuestro corazón.

 Lealo en diario centinela

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