Sin ánimo de ofender- Diego Robles |
Es por ello que en esta ocasión quiero referirme al grupo de teatro “La Comedia” quienes el miércoles pasado presentaron la obra “No hay ladrón que por bien no venga” en el teatro de la Casa de la cultura.
Personalmente le es dicho algunos
de sus integrantes, lo que considero está bien o mal de su presentación,
personalmente no me considero nadie para poder juzgar el trabajo de otros, pero
a pedido de ellos mismo, voy a dejar que hable mi experiencia sobre su trabajo.
Ante todo recordando la máxima que tenemos los actores y gente de teatro, que las críticas y comentarios son los que nos permiten crecer, personalmente y como agrupación.
Me pareció que el uso de los
micrófonos inalámbricos no fue acertado, que un lugar cerrado como el Teatro de
la CCE no tiene caso utilizarlos, ya que al no estar bien calibrados el sonido
que producían al rozar con el cuerpo o ropa de los actores provocaba
interferencias y sonidos que no permitían apreciar mejor el espectáculo.
La mala distribución del
escenario, dividiéndolo en dos, cuya parte derecha solo se utilizo en la
primera escena, no me parece adecuada ya que limitaba en movimiento de los
actores en el resto de escenas. El vestuario de la actriz que protagonizaba a
la mujer del ladrón desentonaba con el nivel social del personaje y además se
lo veía más glamuroso que el de la dueña de casa.

En otro aspecto, hubieron momentos
en que los diálogos de los dos actores que representaban a los primeros amantes, le faltaba ritmo, estuvo muy plano y
aburrido, por último la presencia en
media obra de personas ajenas a la misma es algo que deberían evitar en una
próxima oportunidad. Una cuestión que también fue muy lamentable y que se
escapa de las manos de esta joven agrupación fue la poca asistencia de público.
Parece que los lojanos no valoramos el esfuerzo que realizan los actores y grupos de esta ciudad.
Parece que los lojanos no valoramos el esfuerzo que realizan los actores y grupos de esta ciudad.
Mis compañeros y amigos del grupo
“la comedia” están viviendo la etapa del enamoramiento del teatro, por eso a
veces se comete errores, a veces más por desconocimiento o inocencia, que por
otra cosa. Así también lo aprendí, espero no se desilusionen por lo que les
critico, porque al conocerlos sé que no se van a enojar por mis
apreciaciones que se las brindo sin ánimo
de ofenderlos.
Antes de concluir me permito
recordarles que incluso ustedes en esta etapa son las victimas de muchos grupos
o instituciones que van a querer a provecharse de su arte, como escribía en un
artículo anterior van a buscarlos que den un cursito por aquí y por allá
ofreciéndoles una bagatela. En ustedes está en valorar y dar al teatro lojano
el sitio que se lo merece, no dejen que les ofrezcan el cielo y las estrellas.
Desde mi rincón tras los telones
les comparto una frase o que decía un
maestro mío de actuación: “algún día seremos actores, hoy solo somos
aprendices”.
Por una cultura de vida
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