miércoles, 1 de febrero de 2012

TU CASA, NUESTRA CASA; LA CASA DE TODOS



Cuando leía el título del último libro de Stalin Alvear “Tu casa, nuestra casa”, por un momento pensé que se refería a la ciudad y anécdotas de su hogar; mas después supe que se trataba de un compendio de experiencias y vivencias adquiridas por su paso como presidente de la Casa de la Cultura.

Y con mucha satisfacción considero muy acertado el titulo al referirse a La Casa de la Cultura; una de las instituciones  a las cuales personalmente, le tengo y le guardo una profunda consideración y agradecimiento, ya que ha sido es y será la promotora y artífice de la cultura, es además una de las pocas que apoya a los jóvenes artistas, aquellos que recién inician sus actividades. 


El jueves pasado, se realizo el lanzamiento del libro del maestro Alvear al que hacía mención anteriormente, fue el pretexto y la ocasión para que el gran público asistente, pueda saborear y deleitarse con la conversación, con intelectuales y promotores culturales de la talla de Raúl Pérez, Mario Jaramillo, Marco Plascencia entre otros; cuya grandeza más que en su fructífera labor  literaria o cultural radica en su gran calidez humana, en su gran sencillez y humildad propia de los hombres grandes; a lo que a mí respecta fue un lanzamiento de libro, totalmente diferente, a otros a los que he asistido.

Sera que el libro trataba de la casa de todos, la Casa que Benjamín Carrión soñó y creo con amor y esfuerzo, no solo para los ecuatorianos, sino que fue y es uno de los tres mejores entes culturales a nivel de Latino américa.

 La Casa de la Cultura indomable e inclaudiclable frente a los avatares y gobiernos de turno que han pretendido desaparecerla, menospreciarla, siempre han tenido a personas que  como Stalin Alvear supieron con inteligencia y habilidad sobreponerse a esas élites culturales que tanto daño le hacen al país, esas élites que se enojan porque uno como artista lleva su arte a los sectores populares, donde sus artistas también de élite no llegarían nunca ni aunque les pagaren.

 Como siempre desde mi trinchera literaria, expreso mis humildes agradecimientos y felicitaciones al maestro  Stalin Alvear, y a todos sus amigos y compañeros que hicieron y hacen de la Casa de la Cultura, Tu casa, nuestra casa, la casa de todos.

Por una cultura de vida.

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