Cuando leía el título del último libro de Stalin Alvear “Tu casa, nuestra
casa”, por un momento pensé que se refería a la ciudad y anécdotas de su hogar;
mas después supe que se trataba de un compendio de experiencias y vivencias
adquiridas por su paso como presidente de la Casa de la Cultura.
Y con mucha satisfacción considero muy acertado el titulo al referirse a La
Casa de la Cultura; una de las instituciones  a las cuales personalmente, le tengo y le guardo
una profunda consideración y agradecimiento, ya que ha sido es y será la
promotora y artífice de la cultura, es además una de las pocas que apoya a los
jóvenes artistas, aquellos que recién inician sus actividades. 
El jueves pasado, se realizo el lanzamiento del libro del maestro Alvear al
que hacía mención anteriormente, fue el pretexto y la ocasión para que el gran público
asistente, pueda saborear y deleitarse con la conversación, con intelectuales y
promotores culturales de la talla de Raúl Pérez, Mario Jaramillo, Marco
Plascencia entre otros; cuya grandeza más que en su fructífera labor  literaria o cultural radica en su gran
calidez humana, en su gran sencillez y humildad propia de los hombres grandes; a
lo que a mí respecta fue un lanzamiento de libro, totalmente diferente, a otros
a los que he asistido.
Sera que el libro trataba de la casa de todos, la Casa que Benjamín Carrión
soñó y creo con amor y esfuerzo, no solo para los ecuatorianos, sino que fue y
es uno de los tres mejores entes culturales a nivel de Latino américa.
 La Casa de la Cultura indomable e
inclaudiclable frente a los avatares y gobiernos de turno que han pretendido
desaparecerla, menospreciarla, siempre han tenido a personas que  como Stalin Alvear supieron con inteligencia y
habilidad sobreponerse a esas élites culturales que tanto daño le hacen al
país, esas élites que se enojan porque uno como artista lleva su arte a los
sectores populares, donde sus artistas también de élite no llegarían nunca ni
aunque les pagaren.
 Como siempre desde mi trinchera
literaria, expreso mis humildes agradecimientos y felicitaciones al
maestro  Stalin Alvear, y a todos sus
amigos y compañeros que hicieron y hacen de la Casa de la Cultura, Tu casa,
nuestra casa, la casa de todos.
Por una cultura de vida.
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