miércoles, 14 de agosto de 2013

No a la SUPERFICIALIDAD, a la VULGARIDAD

Magdalena Maldonado Obra Cuestión de vida o muerte
La responsabilidad que tenemos las personas en cualquier campo donde desempeñemos nuestro trabajo, es cuestión de principios y de conciencia, o cumplimos a cabalidad nuestra función o lo hacemos a medias.

En nuestra sociedad parece que nos vamos acostumbrado hacer las cosas solo superficialmente, solo por cumplir por obligación y así nos encontramos con funcionarios públicos  para quienes el maltrato al cliente es cosa común y rutinaria; de igual manera empleados o profesionales que solo realizan alguna labor solo por aparentar, solo por lucirse, mas ocurre que cuando alguien observa a fondo esa labor la encuentra que es tan superficial y solo es echa por encimita como se dice, una linda y bella capa exterior pero en el fondo está mal.


Cuantas personas han hecho de esto y de la vulgaridad un estilo de vida, y lo peor es que a quienes no son así les hacen creer que están equivocados, que lo correcto es ser como ellos vulgares y superficiales. Sepulcros blanqueados que atraen y deslumbran superficialmente, pero que están vacíos, huecos por dentro, que no tienen ni fundamentos ni contenidos para sostener sus máscaras.

Para nadie es desconocido que los programas televisivos donde se explota la vulgaridad son los de mayor sintonía, de igual manera parece que la persona más cargosa , que no cuida su lenguaje, se burla con sus bromas de los demás, es más popular y aceptada que alguien que es respetuoso y ocupa su lugar , ese es un aburrido decimos.

En el mundo del arte teatral este raro fenómeno también se repite, suele ocurrir que personas o agrupaciones se conformen con presentar obras superficiales sin contenido, y no por su temática, sino por su forma de mostrase al público, en el argot teatral se dice que un buen guión puede ser estropeado por un mal director, pero ni el mejor director podrá salvar un mal guión.

Teatro, televisión, programas como mi recinto son un ejemplo, guiones flojos, vulgares, son muy comunes, sumado a sobre actuaciones que para quienes apreciamos el arte de actuar hieren a la vista.

Por  ello si en la vida somos consecuentes con nuestros actos, y los buenos profesionales y personas que han sobresalido son aquellas que su trabajo lo hicieron con pulcritud, con entusiasmo, con conocimiento, donde se busca más el ayudar a la sociedad que al ego propio, en el mundo teatral presentar una obra, dar capacitación sin saber que se enseña puede resultar muy peligroso, porque a quien se perjudica es a la sociedad no a otros grupos, el crear o formar actores o publico sin bases, solo por lucirse, superficialmente recurriendo a la risa fácil, al final pasara factura a todos porte tendremos público y actores con vicios y con huecos que será muy difícil reparar, de allí la gran responsabilidad que tenemos quienes nos dirigimos y presentamos nuestros trabajos a la colectividad.

Un maestro de actuación me decía cuando hacíamos un ejercicio, no se conformen con lo superficial con lo de encimita, con tratar de agradar al público o al director, busquen más bien preguntarse porque lo hacen, y que quienes los vean se entretengan pero que también se eduquen, de lo contrario el teatro no cumplirá su función social.

Lo bueno es que en nuestra ciudad, cada día crece más la conciencia de esto en quienes practicamos este arte, y ello es muy saludable porque una vez unidos trabajando no para destruir a otro, sino para sacar adelante nuestro arte, crecerá nuestra ciudad su cultura, y si todos los teatreros de Loja nos unimos con un fin común, en cualquier campo también podemos hacerlo.


Por una cultura de vida
diferosil@yahoo.es

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