miércoles, 11 de diciembre de 2013

PRÓXIMO BARATILLO DE OFERTAS




“Yo vendo alegría….yo vendo tristeza…. barato baratísimo risa de toda clase…. Lagrimas para toda ocasión” son algunos de los parlamentos de la obra  teatral “El Baratillo de la sinceridad”, he querido a traer a colación esta comedia en la cual dos singulares vendedores venden alegrías y tristezas, ya que en muy pronto empezaremos a escuchar el baratillo de ofertas de los candidatos a las diferentes dignidades a elegirse en febrero próximo.




Sin duda la mayoría de aspirantes estarán preparando su mejor sonrisa para vendernos alegrías, ilusiones o esperanzas, y a su mensaje le pondrán también drama haciéndonos notar lo malos, pésimos que son sus contrincantes o las autoridades que están por terminar su periodo, como si nosotros no supiéramos si fueron buenos o malos en su gestión.


La cuestión como ya se la ve venir es que será una campaña donde lo que prevalecerá son los insultos y calificativos entre contrincantes, donde las propuestas serán lo de menos, lo importante será hacernos creer que cada uno de ellos son la solución a tantos malos, y que son los únicos que lo pueden hacer.

 Hoy y antes que empiece esta guerra de medios y de redes sociales, propongo  no a los candidatos, sino más bien a los electores a exigir propuestas concretas que contengan un cómo, cuanto y cuando  van hacer lo que ofrecen, ya estamos cansados de odios y de insultos entre ellos, no queremos saber lo malos que son, los contrincantes  porque ya lo sabemos, queremos saber lo bueno que plantean.

Que no nos sorprenda que  muy pronto escucháremos insultos e improperios entre candidatos, y todo “por servir” como ellos lo llaman, pobrecitos son los únicos que pueden hacerlo, muy altruista de su parte quiere salvarnos de las miserias en las que vivimos, de la falta de obras y gestión de quienes los preceden, tan buenas gentes que por llegar al carguito son capaces de todo, desde cambiarse de bando para estar en la lista donde más bola me paran ya que en la otra ya no.

 Un verdadero altruista y persona que quiere ayudar, se la conoce en su parada, en su forma de actuar, donde lo principal no es buscar créditos propios sino colectivos, sociales, y por lo general son personas incapaces de odiar.


Abramos los ojos y veamos de nuestros candidatos quienes son así, y no ahora solo por campaña (lobos vestidos de ovejas) sino durante toda su vida, si tanto quisieran ayudar, de los jugosos suelditos que van a ganar es que creen o apoyen a fundaciones  u organismos de ayuda social, (hospitales, asilos, la cárcel, etc.)

Medito desde mi solitario escondite y pienso  y creo que hay que ser honesto toda la vida y en todas las circunstancias y no solo en tiempo de elecciones.



Por una cultura de vida.

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