Los
buenos actores saben que para realizar de mejor manera su trabajo, deben buscar
los elementos necesarios para la caracterización, esto significa, saber
seleccionar que sirve y que no, en esta selección se excluye lo bonito de lo
feo, lo que me gusta o no; lo primordial es lo que sirve lo que es útil
descartando lo que no sirve o es inútil.
Hay que poner en justa medida.
Hay que poner en justa medida.
Lo que
ayude al personaje y a su representación vale, lo demás solo es vanidad, solo
son distracciones quizá para distraer la falta de talento.
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Buscar lo útil no lo bello |
En nuestras vidas muchas veces procedemos al revés, solo buscamos lo que nos gusta, lo bonito, y hemos caído en manos del consumismo que nos hacen comprar bellas cosas inútiles que no nos sirven para nada, existen muchas cosas feas o que nos desagradan pero que nos ayudan, por ejemplo las medicinas, pueden tener un sabor horrible, y las tomamos porque sabemos el bien que producen.
En las relaciones personales y de organización, suele ocurrir que ponemos en puestos claves de nuestros proyectos, a familiares y amigos, que no siempre nos ayudan, o rinden como debieran, pero como son allegados o tenemos compromiso con ellos los dejamos a pesar de saber su ineptitud; un claro ejemplo se puedo ver en las recientes elecciones, gente valiosa rodeada de gente que no corresponde a la dignidad a la que representaba, pero en fin allá ellos. Sigamos con nuestro análisis.
Un buen
actor, al igual que una persona que sabe lo que quiere, saben tomar decisiones
correctas y fundamentadas respecto a cómo realizar tal o cual labor, el primero
en el escenario del teatro el segundo en el escenario de la vida, no dejan que
ni la publicidad, ni el qué dirán decida ni piense por ellos.
Imagínese usted a un actor que representa a un mendigo, sale a escena vestido con terciopelos, y hablando de forma muy culta, pensaremos que es una farsa o una comedia, o bien al personaje lo confundiremos con un noble en lugar del mendigo, en este punto es preciso acotar que los mendigos perfectamente pueden hablar cultamente y vestir ropaje de lujo, la cuestión es que por su condición no pueden hacerlo.
En la vida hay que ser autentico y no andar fingiendo
lo que no somos, rodearnos de personas que aunque nos caen mal, nos unimos a
ellos para aparentar un status. En la
actuación no hay que parecer hay que ser, y para ello es necesario saber elegir
lo que nos conviene o no.
Para
elegir correctamente el actor cuenta con una guía llamada libreto donde más o
menos se define el carácter del personaje a interpretar, y aunque se realiza la
construcción de la vida de este, antes y después de su salida a escena, se debe
concentrar la atención en lo que pasa durante, es decir en el presente , en el
hoy.
Si bien nuestra vida no tiene más libreto que
seguir que la propia experiencia y lo que nuestra conciencia nos guía, debemos
aprender del pasado, proyectarnos en el futuro, y también centrarnos en el
presente, vivir el día a día, elegir lo mejor para nosotros, tanto amistades,
como objetos o cosas que realizamos.
Por una cultura de vida
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