No estaba muerto |
Si bien hace una década la situación del
teatro en la ciudad era distinta no se contaba con los medios para la difusión
como la que existe en la actualidad, se trabajaba a pulmón, con sudor, lágrimas
y alegrías, en ese trayecto fui testigo de muchos que venían y se iban de los
grupos, en ese tiempo, tres o cuatro cada quien en su trinchera hacia su arte,
Lino Salinas, Manuel Salgado, Alain Chaviano, y un tal Diego Robles.
Cuál era la premisa en ese entonces, trabajar
hacer teatro cada cual a su manera y estilo, y respetarnos mutuamente, nuestros
trabajos hablaban por nosotros, no necesitábamos de redes sociales o el YouTube
para vanagloriarnos, ni decir que somos los únicos, ni los mejores, la premisa era
hacer teatro.
Desgraciadamente los tiempos cambian, y ahora
se dice que quieren revivir el teatro, pero como hacerlo si nunca estuvo
muerto, quizá su juventud y ese lado de espectáculo que el arte teatral
tiene los hace que no tenga memoria
histórica para reconocer que antes de ellos hubieron otros y que esos otros inclusos
fueron sus maestros sus directores.
Y ahora estamos frente a un gran festival de
teatro, que ha provocado que el teatro despierte aún más, que ha provocado que
se trate de mostrar que lo de hoy es lo mejor que lo de ayer, pero creo que
todos somos frutos de procesos nosotros tuvimos y tenemos el nuestro y los
noveles teatristas de ahora tiene el suyo, pero si ahora estamos como estamos
es fruto de un proceso común, nuestra forma de ser lojanos de amar la cultura e
inclinarnos por las artes, y como locos no elegimos la música como la mayoría,
sino el arte de la trasformación de la magia, donde todo es posible. El teatro.
Allí es cuando me entristece ver como las autoridades de la Universidad Nacional
de Loja, poco a poco fueron quitando el apoyo a los grupos de teatro del alma
mater, hasta matarlos por inanición, destruirlos con su indiferencia y poco
amor a la cultura teatral, cuando desde esta Universidad por cerca de cuatro
décadas se mantuvo y se hizo teatro, se organizó cerca de una docena de festivales nacionales
de teatro, cuatro intercolegiales teatrales y tres grupales.
Y pensar que se vanaglorian de tener la plaza de
la cultura cuando a los grupos de teatro hasta los incentivos les quitaron, la historia
los juzgara como los quienes intentaron matar este arte, mas este no murió,
porque los teatristas nos revelamos y sin sueldo, sin ayuda, sin apoyo, nos
encaprichamos por mostrar que a pesar de eso podemos seguir, y soñando y trabajando
se mantuvo el arte dramático, somnoliento pero no muerto.
La cultura nunca fue
políticamente rentable y por eso se la menosprecio, el teatro menos aún, mas
ahora con lo del festival, parece se quiere convertir en un festín, por
demostrar quién es el que lo organiza, por demostrar ese gran amor y apoyo que
se le dio al teatro, y yo me pregunto porque
ese apoyo no se lo dio hace diez o 20 años cuando también estaban en el
poder. En fin estaremos vigilantes para denunciar a los oportunistas del
momento, la ciudadanía conoce quienes de verdad hacen y hacemos teatro de
corazón.
Por una cultura de vida
diferosil@yahoo.es