Hay una canción un poema de Alberto Cortez que me
llama la atención, por la profundidad de su letra sobre todo la parte donde
dice “ a mis amigos les adeudo la ternura….” y si yo les adeudo mucho sobre todo
mi gratitud, por soportarme, soy una persona muy difícil de tratar.
Pero quizá a quien más deba mi gratitud, mi
agradecimiento es a mis enemigos, y no lo digo de manera irónica, ni
sarcástica, a veces es bueno tener a alguien en contra, alguien que te desprecie,
te humille, te calumnie, quizás sea por
envidia, por celos, no lo sé , pero esa falta de empatía y simpatía hacia ti es
buena, te recuerda que no eres perfecto, y que siempre hagas lo que hagas digas
lo que digas va a existir alguien a
quien lo le agrade eso, e incluso llegue a rebatir tus ideas, tus posturas.
Es bueno tener enemigos, porque así, puedes ejercitar al amor en su máxima expresión, amar a tus enemigos, poner en practica la paciencia, no devolver mal por mal, al contrario procurar el bien con ellos, ganártelos nuevamente en amistad en base a confianza , perdón y tolerancia. Nadie es dueño de la verdad como para llegar a odiar a otro ser humano.
A lo largo de mi vida me han tildado de muchas, cosas
malas, la mayoría de veces sin razón y sin saber porque motivos de esa animadversión,
pero todo ello me llevo a demostrar con obras y haciendo lo correcto que están
equivocados, desde antes siempre sostuve que el fuego no se lo combate con
fuego, si hablan de mí, por algo será.
Quizás soy muy directo y frontal, no me gusta mentir,
y a muchas personas les gusta que les engañe y les digan lo que ellas quieren oír,
soy de los que digo de frente no de espaldas mí parecer, de los
que cuando hablo miro a los ojos.
que cuando hablo miro a los ojos.
Un
nuevo año este domingo termino y no nos dimos cuenta lo rápido que paso,
cuantas cosas dejamos pasar, en fin este próximo domingo empezaremos uno nuevo,
a estas alturas sin duda, usted pensar que estoy equivocado, porque aún estamos
noviembre, y el fin de año es en diciembre e inmediatamente inicia el otro, y
yo en mi delirio pongo que se acabó el domingo pasado y que el próximo empieza
otro.
Quizá
porque usted haga referencia del año civil, y yo me refiero al año litúrgico,
mismo que sigue la Iglesia para marcar y determinar las festividades y
celebraciones a lo largo del año, así
como en el mundo tenemos estaciones como invierno o verano, etc., la Iglesia sigue
los llamados tiempos litúrgicos.
Quizá
por ello me detengo en el camino, pienso y siento que tengo que tenemos siempre
otra oportunidad de cambiar de ser mejores, de vencer a los enemigos a fuerza
de bien, para que desperdiciar la vida continuado el odio que otros siembran
con razón o sin ella, quizá nunca logremos que todos nos quieran, nos agradezcan
o nos aprecien por lo que hacemos, eso no está en nuestras manos, pero si en no
seguir esa espiral de odio y desprecio, Tal vez sea un iluso, pero creo que vale
la pena intentarlo.
Por una cultura de vida
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