A MODO DE NECESIDAD

A MODO DE NECESIDAD

Hace ya mucho tiempo que desaparecieron las llamadas veladas artísticas y con ellas la representación de los sainetes, que eran obras teatrales cortas generalmente de carácter cómico; estos eventos permitían reunir y fomentar la unión  familiar y barrial.

En la actualidad en alguna u otra fiesta  barrial se puede observar que un grupo de moradores, vecinos o amigos realizan una presentación de alguna obrita por allí; y esto estaría muy bien a no ser por los siguientes aspectos.

La utilización de un lenguaje vulgar y en doble sentido en presencia de niños, la insinuación de gestos no apropiados, (quizás tomando como referencia a programas como “mi recinto”), la mutilación o cambio del texto original, la utilización de un vestuario no adecuado, la falta de maquillaje, y sobre todo no hay actuación solamente es una “recitación” de un texto aprendido de memoria.

Y por supuesto que todo ello no es su culpa, ellos no conocen el arte de actuar, no tienen experiencia y quizá no tuvieron alguna capacitación actoral aunque sea mínima. Al reflexionar sobre aquello, siento que en parte ha sido culpa de quienes nos dedicamos al mundo de las tablas, por no haber impulsado y realizado con mayor frecuencia cursos y talleres de actuación.

Es allí donde en mi agrupación (el Grupo de teatro “Antifaz”) nos nació la necesidad de empezar con una serie de cursos y talleres de actuación, el primero de ellos lo realizaremos a partir del 28 de noviembre en el CUDIC y tendrá la duración de veinte  días,  en horarios por la tarde y noche y podrán asistir personas desde los 12 años en adelante; esta capacitación en esta ocasión contará  con dos niveles, el primero será enfocado para aquellos que no han tenido experiencia en el campo actoral. Y el otro nivel para aquellos que ya teniendo experiencia desea perfeccionarse. El costo será módico  en comparación a talleres semejantes que ocasionalmente se dan en la ciudad, donde cuesta más caro y son menos días.

A modo de necesidad(Foto Diego Robles)

Mientras tanto esperamos dar un granito de nuestro esfuerzo para conseguir que el teatro y las artes escénicas en general, tengan el puesto que se merecen, para demostrar y enseñar que el teatro no solo es comedia, que actuar no es aprender un texto de memoria y recitarlo de derecha a izquierda, bajo las órdenes de una persona.

A modo de conclusión quiero seguir soñando desde mi rincón, con un mundo de colores de paz y armonía, donde al caer el telón volvamos a seguir amigos, donde al terminar la función tenga la satisfacción del deber cumplido, donde los aplausos se conviertan en alegría y optimismo que contagie a todos. Para cuando llegue al final del drama de la existencia me vaya en paz, porque en mi vida hice lo que ame, y lo hice con todo el corazón.

Por una cultura de vida.