Yo no opino siento |
Me pregunto en
donde quedo el cariño y los momentos vividos, y ahora de que te sirve que añore
aquellos tiempos en los cuales te bastaba mi hombro para enjugar tu llanto, mis
chistes tontos para robarle una sonrisa a tu tristeza. Nada de eso queda, el
tiempo inclemente y despiadado separo nuestros caminos, te alejaste como un ave
volando en busca de otro cielo, en busca de aquellas cosas que mi pobre mundo
de fantasías no te podía dar, ya perdí la cuenta de cuentas lagrimas causo tu
inesperado adiós.
Un adiós disfrazado
de ilusiones de mejores días, donde las expectativas eran tan grandes que te
cegaban y no te dejaban ver claro, te fuiste de mí y sin embargo te veía cada día,
estabas junto a mí, pero tu corazón distante, tu mente en el ladrón de mis
sueños, lo acepte, que puedo yo hacer ante su encanto, y que solo soy un pobre
constructor de historias y de palabras que no dan de comer, que no dan vanidad
ni confort, solo la satisfacción de sentirte vivo y de hacer algo por esa
sociedad tan esquiva y dura que no perdona.
No tengo idea que
hacer, no sé qué será de mi vida, me dijiste aquella sombría tarde de junio, de
pronto tu vida cambio, y te costó adaptarte a esos cambios, los problemas, desavenencias
no se hicieron esperar; mientras tanto yo como único testigo mudo de aquel
drama que no esperabas vivir.
Que puedo hacer, el
cielo de la ciudad llora por mí, ya se me acabaron las lágrimas y el frío del
ambiente parece a congelado mis sentimientos; una voz malévola al oído me dice
que es tu culpa y que te reproche por lo que tú mismo búscate; pero una pequeña
brisa de humanidad me hace comprender que no soy nada ni nadie para juzgarte,
quizá el destino lo quiso así, quizá tu sufrimiento sea mi culpa por no haber hecho
más cuando pude, sin embargo ahora todo está perdido, ya nada puede volver
hacer como antes.
Ya se acabaron y no
volverán los instantes en que juntos creamos e hicimos del arte y de la
actuación un narcótico de las penas, un estimulante de nuestra creatividad, un
impulso a la cultura que tanto amamos, recuerdas cuando hablabas del arte y la
cultura, lo hacías como una verdadera artista; ahora sin embargo reniegas todo
aquello que amabas y piensas que fue tiempo perdido.
Pero a que seguir,
se supone este espacio es de opinión, y lo he convertido sin querer en un
rincón para desahogar mi angustia y un lugar para decirte que pase lo que pase
no estás sola, que aunque ya no exista nada entre nosotros, siempre estará mi
mano extendida para ayudarte.
Por una cultura de
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario