miércoles, 4 de julio de 2012

YA NO OPINO, SIENTO


Yo no opino siento
Hay días en los que las palabras no sirven, en donde los sueños no alcanzan y la esperanza parece haberse esfumado en la nada, hay tardes en que la llovizna persistente aumente la angustia y la soledad, hay días en los cuales no puedo estar allí para consolar un corazón roto, y lo que es peor es que estoy sin estar, mudo e impotente viendo como el mundo se derrumba a su alrededor.

Me pregunto en donde quedo el cariño y los momentos vividos, y ahora de que te sirve que añore aquellos tiempos en los cuales te bastaba mi hombro para enjugar tu llanto, mis chistes tontos para robarle una sonrisa a tu tristeza. Nada de eso queda, el tiempo inclemente y despiadado separo nuestros caminos, te alejaste como un ave volando en busca de otro cielo, en busca de aquellas cosas que mi pobre mundo de fantasías no te podía dar, ya perdí la cuenta de cuentas lagrimas causo tu inesperado adiós.

Un adiós disfrazado de ilusiones de mejores días, donde las expectativas eran tan grandes que te cegaban y no te dejaban ver claro, te fuiste de mí y sin embargo te veía cada día, estabas junto a mí, pero tu corazón distante, tu mente en el ladrón de mis sueños, lo acepte, que puedo yo hacer ante su encanto, y que solo soy un pobre constructor de historias y de palabras que no dan de comer, que no dan vanidad ni confort, solo la satisfacción de sentirte vivo y de hacer algo por esa sociedad tan esquiva y dura que no perdona.


No tengo idea que hacer, no sé qué será de mi vida, me dijiste aquella sombría tarde de junio, de pronto tu vida cambio, y te costó adaptarte a esos cambios, los problemas, desavenencias no se hicieron esperar; mientras tanto yo como único testigo mudo de aquel drama que no esperabas vivir.
Que puedo hacer, el cielo de la ciudad llora por mí, ya se me acabaron las lágrimas y el frío del ambiente parece a congelado mis sentimientos; una voz malévola al oído me dice que es tu culpa y que te reproche por lo que tú mismo búscate; pero una pequeña brisa de humanidad me hace comprender que no soy nada ni nadie para juzgarte, quizá el destino lo quiso así, quizá tu sufrimiento sea mi culpa por no haber hecho más cuando pude, sin embargo ahora todo está perdido, ya nada puede volver hacer como antes.

Ya se acabaron y no volverán los instantes en que juntos creamos e hicimos del arte y de la actuación un narcótico de las penas, un estimulante de nuestra creatividad, un impulso a la cultura que tanto amamos, recuerdas cuando hablabas del arte y la cultura, lo hacías como una verdadera artista; ahora sin embargo reniegas todo aquello que amabas y piensas que fue tiempo perdido.

Pero a que seguir, se supone este espacio es de opinión, y lo he convertido sin querer en un rincón para desahogar mi angustia y un lugar para decirte que pase lo que pase no estás sola, que aunque ya no exista nada entre nosotros, siempre estará mi mano extendida para ayudarte.


Por una cultura de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario