miércoles, 29 de mayo de 2013

DESILUSIÓN TEATRAL

Hoy que después de un tiempo de ausencia he vuelto a mi ciudad natal me encuentro con una desagradable realidad dentro del ámbito teatral,  el ver que se hacen realidad las palabras que leí en un libro sobre el teatro ecuatoriano, donde el director de la compañía de teatro de la UTPL manifiesta respecto a la cultura:  “Siempre he dicho que el mundo está en el siglo XXI, Quito y Guayaquil en el XX y Loja está en el siglo XVI. ..”

Desilusión teatral-Diego Robles
Quizá parezca exagerada la expresión pero al ver como se ha venido desarrollando el arte teatral en los últimos tiempos no da para pensar otra cosa; imagínese usted todavía vivir en una época donde se prefiera la partera a la obstetra, al mecánico dental al odontólogo, al brujo en lugar del médico. En términos teatrales en nuestra ciudad empezando desde algunas autoridades y promotores culturales, hasta los propios municipios, prefieren promocionar el arte dramático,  mediante personas que no cuentan ni con los conocimientos ni la experiencia necesaria para hacerlo de forma adecuada.


Mientras a nivel nacional se discute sobre la realidad del teatro, el futuro del mismo con la creación de la universidad de las artes, y si los directores son preparados o no, o si vale más la academia a la experiencia; acá ciegamente sin ver antecedentes ni capacidades se entrega el futuro, difusión y capacitación del teatro a una persona cuyo mérito es haber cogido un libreto y con sus amigos aprenderlos de memoria y recitarlos en un escenario, en sendas presentaciones, donde no se vio, ni método, ni técnica y donde no hubieron más elementos teatrales que el local y el público que asistió a verlos.

A lo largo de este tiempo, en este espacio he tratado de compartir mis ideas para logra que el teatro deje de ser una cenicienta frente a otras artes, pero creo que ha sido en vano, el camino que se ha emprendido no es el correcto.

Es lamentable que en las instituciones que apoyan la cultura, no se de ese apoyo a otras personas que incluso han viajado al exterior a prepararse y volver a su ciudad  a impulsar este arte, que triste es ver como a ellos se les cierra las puertas y se le habrán a una sola persona.

Recuerdo que cuando yo iniciaba en este mundo del teatro, también muchos me juzgaban y me criticaban por hacerlo y también decían que no estoy preparado y no tengo la experiencia necesaria, pero esas críticas me ayudaron a crecer a prepararme más y mejor y a con obras concretas y humildad llegar a donde llegue.

Pero no todos somos iguales, a nuestra compañera se le ha dicho muchas veces, en buenos términos se le ha criticado y se le ha dicho, pero a echo oídos sordos, antes por el contrario se ha llenado de orgullo  como el pavo que abre su plumaje y aspira que todos la alaben sintiéndose la mejor y única con derecho.

 El teatro es ante todo trabajo en equipo, y debemos vencer nuestros mezquinos intereses, y quienes lo practicamos somos personas sensibles y colaboradores, por lo tanto en buen plan compañerita del teatro baje de su nube y continuemos con alegría y cooperación haciendo un teatro de calidad, no es envidia ni nada, porque al fin de cuentas mi labor teatral ahora la estoy desarrollando por otros lares, y mañana otra vez partiré de mi tierra pero el pueblo lojano se merece un teatro de calidad y  no improvisado y en la manos de todos los teatreros de la ciudad está esta noble y difícil tarea.

Por una cultura de vida

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