miércoles, 12 de junio de 2013

COMO LA PRIMERA VEZ

Siempre la primera vez de algo es un suceso especial, algunos lo recuerdan con agrado y otros prefieren olvidar ese suceso; el primer beso, el primer amor, el primer empleo, etc… con el paso del tiempo es muy difícil volver a sentir la misma emoción que en aquella ocasión. Y quizá por ello es inolvidable e irrepetible.


Como la primera vez-Diego Robles
En teatro por el contrario los actores en cada función deben hacerlo como la primera vez, poner la misma fuerza, las mismas ganas, entusiasmo y emoción que cuando lo hicieron por primera vez, no se puede permitir bajar las ganas en otras presentaciones.


Es durante los ensayos que el actor va puliendo su personaje y le va dando vida, emociones y pensamientos y llega un momento que puede ser incluso antes de la primera presentación, en la cual, se siente y se reacciona como si fuera la primera vez, y aunque uno en este trabajo el texto y las acciones se las aprende de memoria debe de reaccionar como que fuera la primera vez que escucha esas palabras o conoce alguna circunstancia;  cuando esto NO se consigue la actuación tiene hacerse mecánica y repetitiva, es realizada más de memoria que por  talento, es aquí donde el artista deja de serlo y se convierte en un artesano del teatro.

Que es alguien que aprende algo y lo repite una y otra vez en serie, sin crear nada nuevo, en cambio el artista de la actuación de lo que aprendió en cada presentación le aporta algo nuevo, prueba nuevas cosas, vive como la primera vez.

Lamentablemente esto  lo puede apreciar  en una obra que se presentó la semana pasada en la ciudad, personalmente fue una decepción para mí, ya que esta obra fue dirigida y presentada por un antiguo maestro de teatro, no sé qué le paso en esta ocasión, es difícil hacer una crítica teatral de un rival, pero lo es más de un amigo. Pero fiel a lo aprendido en estos años no puedo ser ni adulón y severo en mi juicio, solo doy mi punto de vista basándome en lo aprendido este tiempo.

La culpa del… la culpa del volver la actuación  mecánica, donde se notaba que los actores en escena se lo tenían tan bien aprendido al texto que no se equivocaban, pero que perdieron la emoción al decirlo, ya no actuaban solo recitaban el texto, se movían casi como en una coreografía donde los pasos son tan marcados que se notan, donde la emoción y el guion estuvieron muy flojos, sumado a lo anterior provoco lo que en teatro se le llama falta de ritmo, la obra no lo tenía, por momentos los diálogos y las acciones eran muy largas y aburridas, sin cambios de voz ni de actuación.

El tema sin embargo era muy interesante y quizá eso despertó la curiosidad del público que acudió en gran número a ver esta obra, a pesar de ser una obra que trata sobre la disfunción eréctil del hombre a ratos se la sentía muy feminista, por momentos me hacía acordar de la escuela donde te dicen que hay que hacer y qué no.

Sin embargo y a pesar de todo es muy interesante que el público lojano empiece asistir al teatro, que ya no sean los mismos 10 asistentes de siempre, eso es muy importante, que empecemos en nuestra campiña a fomentar el amor por este arte escénico.

Ojala las cosas las hiciéramos como la primera vez, como si fuera el primer día, la primera ilusión, y tener un corazón abierto para encontrar lo bueno de la vida, de las personas, porque a pesar de tener estas fallas cumplió un gran objetivo fomentar el teatro y entretener a los asistentes, bravo por ello.

Por una cultura de vida

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