“Hoy amanecí con el pie
izquierdo” es una frase que hace alusión a que se ha tenido un mal día, o en el
cual todo a resultado mal, sin embargo de ello a mí no me gusta decir que algo
es bueno o malo, más bien creo que las cosas que suceden tienen una razón de ser,
o suceden por algo, de nosotros depende si es bueno o malo lo sucedido, si lo
utilizamos bien o mal, si aprendemos o no de este hecho.
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No hay mal que por bien no venga |
Pues el viernes pasado tuve uno
de esos días de enseñanza, un momento en el cual parece todo confabula contra
uno, pues fui testigo y participes de varios sucesos que me han llevado a la
reflexión sobre la propia existencia y que cambiaron todos mis planes.
El día empezó con la injusticia del que era víctima una apreciada
amiga, a quien su propia hermana le falsifico la firma y le usurpo la identidad
para realizar unos trámites de negocios, más que la amistad que tenga hacia
ella, el sentido de justicia y el sentido común hicieron que la apoye y la
defienda ante el abuso del que era parte ella, una defensa basada en la razón y
los argumentos, no fue una defensa con violencia, porque creo que nada se
resuelve con esta, situación que motivo a que ahora mis planes cambien y deba
partir antes de tiempo.
Luego vino la sorpresa y la incredulidad al observar la reacción de las
señoritas empleadas de una conocida concesionaria de vehículos, donde su escusa
de falta de tiempo por tener muchos clientes no les permite verificar la
identidad de sus clientes, o verificar si los portadores una cédula
corresponden a la persona, da mucho para pensar y para temer porque si a
alguien se le extravía el documento de identidad, y lo encuentra una personas
inescrupuloso, la empresa de vehículos no verifican la identidad de portador y
le hacen un crédito y le entregan el vehículo solo porque porta la cédula y “es que se le parece”,
todo se reduce a que como ya cancelaron no es problema de ellos, y que tal si
no hubieran cancelado, o si ese vehículo sufre un accidente y mata a alguien, o
es comprado con lavado de dinero. Quien sale perjudicado el pobre individuo que
tuvo la mala suerte de perder la cédula.
Más tarde y para completar este bonito día, aborde un taxi, de la
compañía que lleva por nombre un ilustre lojano fundador de la casa de la
cultura, el señor taxista aduciendo que no tiene suelto se fue llevando el
vuelto, al llamar a la mencionada compañía, me dijeron que solo pueden hacerse
responsables cuando se llama a la operadora y se solicita llamada, en otras
palabras los clientes y usuarios podemos ser víctimas del abuso, robo o maltrato
de los taxistas cuando abordamos una
unidad en la calle, sin haber llamado antes; lamentablemente no todos los señores chóferes son iguales,
pero como sujetos como este, es que se piensa mal de ellos.
Después ya en casa arreglando mi
maletas de sueños, guardando los proyectos y dejando afuera la esperanza doy
gracias a Dios por este día, porque me permitió
conocer la injusticia, la falta de ética, el amor al dinero de una sociedad que
sigue indiferente como que nada pasara, es bueno que pasara todo esto porque me
da la oportunidad de compartir con mis lectores, porque provoca que mi
conciencia se despierte y me obligue a reaccionar, porque me motiva a ser
mejor, a tratar de cambiar lo malo que llevo en mi, el cambio empieza en uno
mismo.
Por una cultura de vida
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