Con la euforia del
nuevo año, nos sentimos cargados de optimismo, de fuerza de energía positiva, y
deseamos a medio mundo felicidad y prosperidad, también solemos hacernos muchas
promesas de cambio; como dejar de fumar, cuidar nuestra alimentación,
acercarnos a esa persona que nos hemos alejado, etc.
Sin embargo esas
promesas y esos deseos con el paso del
tiempo se van diluyendo, muchas veces porque con el paso de los días, nos va
invadiendo el egoísmo, o la indiferencia ya que después del feriado volvemos a
la rutina diaria de siempre, volvemos al mismo trabajo, al mismo estudio de
antes, nada ha cambiado, porque nosotros no cambiamos.
Un nuevo año pero
que tiene de diferente del resto que ya hemos vivido, para muchos nada, la situación
no cambia, al contrario se va empeorando y agudizando la crisis; como esperar y
desear que los demás sean felices así, si nosotros muchas veces en lugar de
facilitar la convivencia y la armonía en el empleo o el hogar más bien la
destruimos, donde quedaron los buenos deseos de navidad y año nuevo, si solo
pensamos en nosotros mismos, no nos importan los otros.
No deberíamos
desear a nadie feliz año, si cada día no procuramos que los demás con nuestro
trato y nuestras acciones sean alegres y felices, no deberíamos desear paz y
prosperidad si no ayudamos a construirla.

Sin embargo al ser
el periodo inicial del año se presta para comenzar nuevos proyectos, empezar
nuevas metas, y buscar las formas y modos de cumplirlos, y hacerlo con las mismas ganas todo el año.
Es por eso que en cuanto al teatro que venimos desarrollando en este año iniciaremos una nueva etapa en su
proceso de desarrollo artístico, lo único que no cambiara es que lo hacemos por
la simple satisfacción de hacerlo, más allá del lucro o de un efímero
reconocimiento, pero sobre todo y más que nunca ofreceremos calidad, teatro de
calidad, y no solo palabrería.
Desde algún rincón
de la patria sueño con poder prescindir del tiempo, o ser dueño de él, volver
al pasado para corregir errores y no preocuparme por el futuro, porque lo
importante es el hoy, haciendo lo mejor por conseguir la felicidad, el
bienestar y el adelanto de los míos, de mi ciudad y de mi país.
Por una cultura de
vida
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