miércoles, 26 de marzo de 2014

EL SILENCIO

El hombre es esclavo de lo que habla y amo de lo que calla, no hables a no ser que vayas a decir algo mejor que el silencio; estas son algunas frases dichas y escritas por grandes pensadores de todos los tiempos, sobre ese algo al que muy poco le prestamos atención, el silencio.

Pero como poder vivir, disfrutar y practicar el silencio en una sociedad llenad de ruidos, de voces que retumban tus oídos, diciéndote que comprar, que pensar que sentir; en una época donde es mal visto el que calla, y más aplaudido quien se desgarrara con gritos aunque estos sean vacíos e inútiles.

Me ha pasado muchas veces que por ser prudente y preferir callar ante una situación o en una reunión recurro al silencio, se ve mal a este tipo de personas, quizás asuste el silencio, quizá lo común es que los demás quieran oírte hablar sus mismas estupideces, y claro quién quiere ser excluido o mirado como bicho raro.


Pero que tiene el silencio, primero que hace que practiques la escucha a los demás, hace que no te sientas el rey del universo, a escuchar a los demás por igual, no importa si son más o menos que tú, todos tenemos siempre algo que decir, y no sabemos de quien podemos aprender algo; el silencio nos permite callar las voces que no nos dejan en paz y nos desvían de lo realmente importante, nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos, a conocernos a reconocernos humanos grandes y limitados al mismo tiempo; nos ayuda a trascender y a comunicarnos con Dios; nos proporciona paz y un medio para escuchar con mayor claridad a nuestra conciencia.

Nos hace reflexionar antes de que nuestra boca suelte palabras de las cuales tendremos que asumir la responsabilidad por haberlas pronunciado.

 Es tan bueno el silencio que es escuchado como medio de captar atención del público en las obras de teatro o en el cine, el silencio en estos casos rompe la acción y crea una expectativa de algo que puede pasar, bien utilizado es un gran recurso para contar la historia, mal usado en cambio puede destruir la historia.

Y eso puede pasar en nuestra vida usamos el silencio de forma inadecuada, por ejemplo cuando callamos ante las injusticias, cuando callamos y no denunciamos algo o alguien que sabemos es culpable, nos volvemos cómplices del mal, solo por no involucrarnos, porque no es nuestro problema. Usamos mal el silencio cuando aplicamos la ley del hielo y no decimos ni expresamos nuestro amor, cariño y afecto a nuestros seres queridos- para que hacerlo si ellos ya saben que los quiero- erróneamente así pensamos.

El poder del silencio, puede al igual que las lágrimas romper y ablandar el corazón más duro. O puede contribuir por omisión a que se destruya una vida, un país, no es exageración, pero muchas veces vemos tantas cosas malas y no decimos nada, allí si prima el silencio, un silencio malicioso que se mueve por desinterés o por indiferencia.

En ti y en mi esta escoger que tipo de silencio practicamos, el que nos ayuda a crecer y ser mejore, o el silencio cómplice que duele y mata a los demás.

Por una cultura de vida
diferosil@yahoo.es

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