miércoles, 14 de mayo de 2014

NADIE DA DE LO QUE NO TIENE

Nadie da de lo que no tiene

Hay un viejo refrán que dice que uno recibe de lo que da, es decir si damos odios recibimos odio, si damos amor recibimos amor, sin embargo la mayoría de veces no sucede así, nos pagan mal al revés de lo que damos, es decir no corresponde a lo que se dio,  allí es cuando empieza la espiral de la violencia, porque no nos gusta quedarnos, burlados o insatisfecho y devolvemos el doble de lo que nos dan.

Será a lo mejor que no damos bien, que solo es apariencia pero que no tiene esencia, en otras palabras todo es light, ligero. Para que una persona sea reconocida en buenos términos tanto en sus aspectos humanos, como profesionales, sus acciones hablaran más que sus palabras, cualquiera puede hablar y decir maravillas, de lo que es o de lo que hace, pero en la práctica no se acerca ni a la mitad de todo lo que la boca dice.


No se tienen las cosas por poder hablar de ellas, no basta publicarlo en los periódicos, o en las redes sociales, no basta desconocer o menospreciar el trabajo de los demás, para que el tuyo sea mejor. Quizá se pueda engañar a unos cuantos incautos pero al final el árbol se conoce por sus frutos.

Para poder dar sabiduría se debe tener sabiduría, para poder dar amor, se debe vivir el amor, para poder enseñar, legua, matemáticas o artes, se debe primero uno contar con esos conocimientos, de lo contrario solo será un  auto engaño. Una vez que se los tenga, se debe aprender a compartirlos con los demás, aprender pedagogía, no a todos se les enseña de la misma manera, y aquí la experiencia que se va adquiriendo es fundamental, ya que nadie nace sabiendo.

Ahora en el campo teatral que es donde me desenvuelvo, esto puedo ocurrir  muy a menudo, uno se puede sentir tentado a enseñar lo mucho poco que se aprende, sin embargo hay que ser precavido, en cómo y cuándo enseñar, no amigo lector no es exageración, en teatro se aprende a manejar sentimientos, emociones, situaciones que hay que saberlas manejar correctamente a no ser que quiera causar daño a la personalidad del individuo o dañar su estabilidad emocional, por ello el trabajo de instructor teatral es una gran responsabilidad.

Es aquí donde hago un paréntesis, para aclarar que el mundo del actor y el mundo del director son opuestos aunque complementarios, y no todos los actores están en la capacidad de ser directores o instructores, se puede caer en la mecanización o en la repetición absurda de ejercicios o métodos los mismos que no se sabe a ni porque ni para que sirva tal cosa.

De igual manera que no me hace jugador de básquet el hecho de leer libros de baloncesto, o bajar toda la información que encuentre en la web, donde veré si soy buen jugador o no es en la cancha, jugando, entrenando.

De igual manera no porque he leído mucho de teatro eso me hará un buen actor, eso no me hará que enseñe bien  a otros los elementos básicos de la actuación. Aquí vuelvo a los sentimientos, a las emociones, como les enseño a otros a manejarlos si yo aún no puedo, como le hago para ayudar a un actor a entra o salir de personaje, si solo se la teoría. Es bueno ir de apoco y con cautela el experimentar a enseñar a los demás , para ir ganado experiencia, lo que sería condenable, es engañar a los demás, haciéndoles creer que lo enseñado es lo mejor o lo único, y peor aún, cobrar por ir ganado experiencia propia.

Recuerda amigo, para poder ser cirujano los aprendices practican de gratis en cadáveres, luego si van a las operaciones asistidas, has que tu trabajo en teatro sea similar, recuerda la responsabilidad esta en tus manos.


Por una cultura de vida
diferosil@yahoo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario