La mayoría de personas actuamos o
nos comportamos por conveniencia, por meros intereses, sin embargo esta forma
de actuar muchas veces contradice lo que realmente pensamos o sentimos, se
podría decir que somos actores representando un personaje que no nos
corresponde o no nos queda.
Por otro lado somos muy fáciles
para juzgar y criticar a los demás, sin vernos a nosotros mismos, es muy fácil pedir
y mostrarnos muy preocupados por la paz mundial, sin embargo no somos capaces
ni de dar o estar paz, ni con nosotros mismos, ni con el vecino, ni con el cónyuge,
ni con los hijos, ni con el vecino, ni con el hermano, pedimos paz, ¿pero
nosotros sembramos paz?, si somos capaces de insultar, golpear y hasta matar
por un equipo de fútbol; peleamos con todos los que no piensan como nosotros,
con aquellos que no creen lo mismo que nosotros.
Nos decimos artistas, pero nos
convertimos en mercaderes del arte, regalamos nuestro trabajo y ofrecemos lo
que el gusto morboso del público pide porque eso vende, en lugar d dar calidad
y no cantidad; nos decimos artistas, y sin embargo seguimos haciendo lo mismo
de hace años no creamos nada nuevo, pero eso si nos llenamos la boca diciendo
que somos los mejores los únicos.
Nos decimos creyentes de un ser superior, pero
solo cogemos las partes de la doctrina que nos conviene, el resto simplemente
lo ignoramos.
Y así podríamos enumerar una
serie de actividades y sucesos en los cuales nuestro comportamiento es marcado
por la conveniencia, en algunas cosas quizá sea bueno, cuando es por una buena
causa, pero por lo general no es así ya que el fin no justifica los medios, al
contrario considero que esto nos lleva a un individualismo al egoísmo, porque
solo pensamos en nosotros mismos, y claro que es bueno pensar en sí mismo, pero
cuando ese comportamiento nos aleja de los demás allí la cosa no marchar.
Considero que sería mejor dejar
de andar pregonado, pidiendo cuentas a los demás, reclamando y exigiendo cosas
a los otros, y nos pongamos primero a pensar que es lo que hacemos nosotros, y
luego manos a la acción poner en práctica lo que creemos y pensamos, para que
no solo nos quedamos en apasionamientos inútiles, pero eso si siempre recordando
que mis derechos terminan donde empiezan los de los demás, y aprendiendo a ser
tolerantes con quienes son diferentes a nosotros.
Por una cultura de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario