miércoles, 2 de julio de 2014

YO TE ENGAÑO…. O YO ME ENGAÑO

No es alusión al reality de televisión, es más bien a la realidad en que vivimos, engañados engañando, esquivos e indiferentes a la realidad a nuestro alrededor convenciéndonos a nosotros mismos que no es nuestro problema, viendo como nos roban, nos asaltan y nos quitan la vida, las ideas, los ideales y los sueños, pero nosotros pasamos entretenidos en el circo que nos envían desde arriba para olvidarnos que tenemos hambre y que nos cobran hasta para morir.

Yo te engaño

Sobre estos temas se basa la última obra teatral que estoy escribiendo, y que próximamente pondré en escena para que el público pueda apreciar. Una comedia, un drama, una farsa, un retrato tragicómico de la vida.
No creo que todo lo que hay en televisión sea malo ni bueno, hay de todo, y precisamente mirando ese programa televisivo en uno de los  canales nacionales, pude observar que no solo se calificaba la voz, sino también la actuación, la interpretación; esto me llevo analizar que hace mucho tiempo no se ha dado cursos o capacitación sobre fonomímica o sobre imitación, que forman parte también del teatro.

Lo bueno del teatro como siempre lo he dicho es que nos ayuda a despertar una serie de habilidades y actitudes que se pueden utilizar luego en otros aspectos de la vida, por ello no hay una edad para aprender teatro y quizá sea una de las pocas profesiones donde la edad sea un limitante para su práctica.
Muchas veces me han preguntado que se necesita para hacer teatro, personalmente creo que en ambiente como el de Loja lo principal son las ganas y contar con tiempo y voluntad para aprender, aunque en este sentido al menos personalmente soy sincero, un actor, una actriz no se hace ni se consigue hacer, solo con seguir un curso o actuar en una o dos obras, es un largo proceso que nunca se acaba, sin embargo un curso bien dado si proporciona elementos y conocimientos que permiten disfrutar mejor del espectáculo teatral, tanto como público o como futuros actores.


La enseñanza teatral está enfocada en varios aspectos, dependiendo del estilo o escuela de actuación que se siga, sin embargo en términos generales tenemos, el aprendizaje y manejo del cuerpo y de la voz como medios de expresión; el manejo- control de los sentimientos y emociones; tenemos también el aprendizaje y control de la concentración, memoria y relajación del cuerpo y la mente, lo que ayuda a perder el miedo o la vergüenza al público o al ridículo; todo esto se suma con técnicas de improvisación y actuación, y al final según lo que uno busque puede darle un enfoque en concreto por ejemplo: actuación para cine, fonomímica, mimo, pantomima, etc.

Todo esto y más ayudan a que el actor o asistente de un curso de actuación desarrolle otras cualidades como el perder el miedo, vencer la timidez, se desarrolla la auto estima, el trabajo en equipo, la solidaridad, se mejora la memoria, se aprende a controlar las emociones, etc. Sin embargo hay un pero.

Y antes lo había mencionado, cuando es un buen curso, cuando tiene buenos contenidos y una metodología con objetivos claros, pero sobre todo cuando quien brinda la capacitación, tiene la experiencia y pedagogía para hacer de su plan de contenidos, lo suficientemente flexible para acomodarse a las necesidades de sus alumnos, es decir si en el trascurso del curso nota que sus actores les hace falta, aprender a respirar, saber cómo y con qué ejercicios poder lograr que ellos superen esa deficiencia. Además que no es lo mismo enseñar teatro a niños, que a adultos, como tampoco no es lo mismo saber que se enseña a repetir de memoria lo que se aprendió en otro curso.

Por ello y como parte de las actividades que estaré haciendo de paso por mi ciudad a mediados de julio  esta la ejecución de talleres de teatro y fonomímica, y de cinematografía, los cuales estarán dirigidos a niños y adultos en diferentes horarios, para mayor información o inscripciones hacerlo al mail del final de este escrito.

Por una cultura de vida.
diferosil@yahoo.es

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