No hay nada que más moleste a un
actor de teatro que volver a ensayar una obra que ya se está presentando, o
bien en cine volver a grabar una toma o toda una escena de nuevo, ante estas
dificultades debe enfrentarse los directores, y en forma casi paradójica les
toca casi estar rogándoles a sus actores que
lo hagan, que hay que volver a repetir, imagínense ustedes rogar a
alguien para que haga algo que se supone es su pasión, que le encanta hacer,
por supuesto este fenómeno se da principalmente en grupos o con actores
aficionados, ya que en el ámbito profesional no se ve tanto este fenómeno.
En los actores novatos este curioso comportamiento se da, porque tienen miedo, o bien no saben cómo recrear la primera vez, la primera vez que mostraron o sacaron ese sentimiento esa emoción; es a veces un poco gracioso y personalmente me ha tocado vivir y escuchar que un actor o actriz diga, - es que ya no me sale- solo en ese detalle uno se puede dar cuenta que esa persona, no actuó, solo se aprendió de memoria sus líneas y las recito, el verdadero actor crea al personaje y esa creación perdura a lo largo del tiempo y es más conforme pasa este el personaje crece y evoluciona perfeccionando sus reacciones.
Otra de las dificultades al hacer
teatro o cine en Loja es una falsa moral, una serie de mitos y tabús que a pesar de vivir ya en el siglo 21
no se han logrado vencer, encontrar una actriz que esté dispuesta a darse un
beso en escena es muy difícil, no se
diga hacer un semidesnudo o una
escena sensual, es prácticamente
imposible, - es que mi enamorado se enoja-,- es que mi familia se muere si me
ve haciendo eso-, no que va yo besos nada que ver- y lo que es más gracioso es escucharles
decir: – me doy un beso pero depende de
con quién-.(señoritas es actuación, no es la vida real el que escoge los
actores es el director no ustedes)
En ese detalle se puede uno dar
cuenta que hace falta en la ciudad una escuela o instituto serio de formación
de actores, porque otro de los fenómenos que ocurre es que los actores se
bloquean, y no soportan la presión de estar repitiendo una escena o un dialogo
hasta que este quede como el director desea.
Parece que en la ciudad para muchos el actuar
es solo un capricho, el poder decir soy actor, o soy actriz, pero cuando se les
da un personaje que implique una situación que no les gusta, allí si saltan y
dicen; - como crees que voy hacer yo eso- , en el caso de los hombres dicen: -como
crees que voy hacer de afeminado, tengo una imagen de masculinidad que se me
puede dañar, yo hago cualquier cosa menos eso.
A mí me pone a pensar en el abogado
que escoge solo los casos que le gustan, o el medico que solo atiende a los
enfermos que tengan las enfermedades que a él le gusta tratar, que paradójico sería,
a no ser que sean especialistas . En el mundo de la actuación y al menos en la
ciudad no existen actores especializados en determinado género, ni estilo; un
buen actor, un verdadero actor al
presentarle un personaje que no le gusta lo toma como un reto, como algo personal el
superar y sacar sus gusanos mentales que no lo dejan crecer como artista.
Pero en esto quizá la culpa la tenga también
el público, la sociedad, que aún no sabe diferenciar entre lo que es la
actuación y la vida real, muchos creen que lo que ven que el personaje hace en escena el actor en su vida
también lo hace, o confunden y creen que tal como es el personaje en la obra así
mismo es el actor en su vida, y de allí ese miedo de hacer personajes que dañen
la reputación del actor, hacer de prostituta, chica fácil, ladrón, homosexual, y
otros son personajes que el actor en Loja sobre todo debe pensarlo dos veces antes de aceptar
interpretar.
Así que para que nuestros actores crezcan
profesionalmente y no pongan trabas en su labor actoral, nosotros el público
también aprendamos a diferenciar lo que es actuación de lo que es la vida.
Por una cultura de vida
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