miércoles, 1 de julio de 2015

MAS ALLÁ DEL CURA SIN CABEZA (PRIMERA PARTE)

Algunos amigos o conocidos me han preguntado qué opino acerca de la última obra teatral musical que se presentó en la ciudad, la respuesta es sencilla, no pudo dar mi criterio sobre algo que no he visto, a lo cual no asistí. Por eso en lugar de hablar de cómo estuvo el “Cura el sin cabeza”, prefiero tratar sobre aspectos e incidencias que pudo y tuvo este espectáculo.

Cura sin cabeza

Ya que al teatro se lo pude analizar no solo por el lado artístico, pues últimamente estoy estudiando al teatro como fenómeno social con sus incidencias en la sociedad.

De lo que conozco, es que la obra se empezó a trabajar desde febrero, lo que implica para sus actores un trabajo de cerca de 4 meses, algo que de por sí ya habla bien del trabajo, al teatro no se lo improvisa ni se lo hace de un rato al otro, por las fotos de las redes sociales  vi que estaban involucrados algunos conocidos y amigos artistas, porque conozco a Santiago Carpio, el director, a José Gómez a la guapa y talentosa Alexandra Ramírez, a Osman Briceño, lo que ya de por si demuestra que hubo mucho talento de por medio.


El teatro es el reflejo e incentivador de la sociedad,  y mucho depende de su calidad y mensaje para mejorar o dañar la cultura de la sociedad. Las redes sociales sin dudas ayudan mucho y se creó una gran expectativa respecto a ella, la cuestión es entonces si la obra cumplió artísticamente con las expectativas que se tenía respecto a ella.

Cosa que no lo digo de forma gratuita, lamentablemente en la ciudad, personas inescrupulosas que solo vieron en el teatro una forma de ganar unos cuantos centavos causaron mucho daño, con obras a las cuales se le creo igual o mayor expectativa que al Cura sin cabeza; , pero que resultaron un fraude un engaño, el trabajo actoral y de producción fue fatal, solo triunfaron con el marketing haciendo creer que era lo mejor que se ha visto, esta situación a quienes trabajan en serio por el arte de las tablas perjudico porque ni el público que lleno los teatros volvió, ni las empresas que apoyaron ya no quisieron hacerlo. En este caso no creo pase lo mismo porque se conoce la cálida de personal y artística de Santiago que estuvo al frente del proyecto.

Alguien me comentaba – dicen que la obra fue un éxito, y yo me pregunte con respecto a qué y quien lo dice, porque estuvo lleno el teatro los días de la función; el  asunto está que si solo vemos la concurrencia masiva del público, o la gran entrada de dinero haremos un análisis muy pobre, yo considero que ese éxito se lo vera con el tiempo en el sentido en cómo esta obra al igual que otras influyen en el desarrollo de la cultura teatral.

Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde se vive la cultura de la novedad, vamos a lo que es novedoso o llama la atención, no existe una verdadera cultura teatral, para poder calificar si una obra estuvo buena o no. Espero que en este caso no haya sido por eso, y si fue por eso, espero que la los asistentes hayan aprendido a valorar más el trabajo de los actores y actrices que no es nada fácil.

El impacto de una obra se podría medir en que ese público vuelva al teatro, o asista al mismo, no movidos por la novelería, no por el márketing, no porque el sobrino o el ahijado participa allí, sino hacerlo por el gusto de disfrutar el show independiente de quien lo presente y saber reconocer el trabajo realizado aunque no se le haga publicidad, o por el contrario saber criticar cuando se es víctima de la publicidad.

Pero sobre todo que el mensaje llegue, penetre en las conciencias cambie nuestras actitudes, porque para distracciones vacías y huevas ya tenemos demás con la televisión.


 Por una cultura de vida

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