miércoles, 15 de julio de 2015

UN DRAMA REAL

Un drama real (Foto Diego Robles)
Uno de los dramas o tragedias más conocidos es sin duda Romeo y Julieta, y su trama se centra en el amor de estos jóvenes que deben vencer la rivalidad de sus familias, quienes mantienen una posición casi irrenunciable de odio entre ellos, el cual solo dejaran ante la muerte de sus hijos.

Shakespeare nos va mostrando este conflicto, que involucra no solo a las familias en cuestión, sino a sus empleados, trabajadores, sirvientes, quienes aunque son ajenos al problema igual se enfrentan en crudas luchas, por motivos que ni ellos mismo conocen.


Parafraseando me atrevo a comparar la situación del país, con esta historia, tenemos a Romeo y Julieta, representado, por el gobierno y la oposición, claro en este caso no se aman, se odian,   buscar destruir al otro, acá lo que ambos bandos aman según sus palabras es al pueblo y quieren servirlo a su manera, ambos dicen representar y hablar a nombre de la sociedad.




Esta rivalidad ha provocado que los habitantes de Verona, digo Ecuador, estén enfrentados entre sí, y al igual que en la tragedia no es raro ver como ciudadanos, siervos de ambos bandos se pelean en luchas inútiles y estériles entre ellos, repitiendo los discursos de sus jefes, y ante la falta de argumentos recurren al insulto; por un momento me imagino  los empleados de los Capuleto y de los Montesco peleando a espadas entre ellos, matándose entre ellos, como que a los dueños del clan les importara su vida; si alguien les pregunta por qué lo hacen seguro dirían también insultos, pero al final no sabrían porque es un pleito de sus monarcas, sus jefes.

A mí me daría mucha tristeza que aquí, el que tenga que morir sea el país victima de este odio, se ve que ninguno de los bandos está dispuesto a ceder, ni  dialogar, acusándose mutuamente que es por culpa de los otros no suya parece que el único camino es la violencia,  ¡viva los años de evolución humana se ve  que nos han servido y nos ayudado mucho!.

Personalmente me resulta indignante por otro lado, que ambos bandos tomen de pretexto la religión, la visita del Papa Francisco, y sus palabras, para atribuírselas como un respaldo a sus acciones.

Por eso sigo mejor con el teatro de verdad, mi teatro, el lugar mágico, donde después de la función volvemos a ser amigos, de quienes en escena se odia, y ver que en realidad es mi amigo, y poder ir a tomar un café con él, lo que pasa en el escenario se queda en el escenario, ojala en política fuera igual, y llegar un momento en que pensemos y nos comportemos como hermanos, hijos de una misma patria.

Desde mi rincón mejor sigo en mi mundo mágico  prefiero seguir alienándome con cosas mágicas y fantasías, que a nadie hacen daño;  a la alienación que ambos bandos me envían tratando de convertirme en uno más de ellos

Quien de los dos tiene la razón, no lo sé, lo único  que estoy seguro es que de este drama entre los Romeos y las Julietas de la política, al final ambos perecerán victimas de sus propias decisiones y acciones.


Por una cultura de vida

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