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Un drama real (Foto Diego Robles) |
Shakespeare nos va mostrando este
conflicto, que involucra no solo a las familias en cuestión, sino a sus
empleados, trabajadores, sirvientes, quienes aunque son ajenos al problema igual
se enfrentan en crudas luchas, por motivos que ni ellos mismo conocen.
Parafraseando me atrevo a comparar
la situación del país, con esta historia, tenemos a Romeo y Julieta,
representado, por el gobierno y la oposición, claro en este caso no se aman, se
odian, buscar destruir al otro, acá lo
que ambos bandos aman según sus palabras es al pueblo y quieren servirlo a su
manera, ambos dicen representar y hablar a nombre de la sociedad.
Esta rivalidad ha provocado que
los habitantes de Verona, digo Ecuador, estén enfrentados entre sí, y al igual
que en la tragedia no es raro ver como ciudadanos, siervos de ambos bandos se
pelean en luchas inútiles y estériles entre ellos, repitiendo los discursos de
sus jefes, y ante la falta de argumentos recurren al insulto; por un momento me
imagino los empleados de los Capuleto y
de los Montesco peleando a espadas entre ellos, matándose entre ellos, como que
a los dueños del clan les importara su vida; si alguien les pregunta por qué lo
hacen seguro dirían también insultos, pero al final no sabrían porque es un
pleito de sus monarcas, sus jefes.
A mí me daría mucha tristeza que
aquí, el que tenga que morir sea el país victima de este odio, se ve que
ninguno de los bandos está dispuesto a ceder, ni dialogar, acusándose mutuamente que es por
culpa de los otros no suya parece que el único camino es la violencia, ¡viva los años de evolución humana se ve que nos han servido y nos ayudado mucho!.
Personalmente me resulta indignante por otro
lado, que ambos bandos tomen de pretexto la religión, la visita del Papa
Francisco, y sus palabras, para atribuírselas como un respaldo a sus acciones.
Por eso sigo mejor con el teatro
de verdad, mi teatro, el lugar mágico, donde después de la función volvemos a
ser amigos, de quienes en escena se odia, y ver que en realidad es mi amigo, y
poder ir a tomar un café con él, lo que pasa en el escenario se queda en el
escenario, ojala en política fuera igual, y llegar un momento en que pensemos y
nos comportemos como hermanos, hijos de una misma patria.
Desde mi rincón mejor sigo en mi
mundo mágico prefiero seguir alienándome
con cosas mágicas y fantasías, que a nadie hacen daño; a la alienación que ambos bandos me envían tratando
de convertirme en uno más de ellos
Quien de los dos tiene la razón,
no lo sé, lo único que estoy seguro es
que de este drama entre los Romeos y las Julietas de la política, al final ambos
perecerán victimas de sus propias decisiones y acciones.
Por una cultura de vida
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