miércoles, 2 de marzo de 2011
Hace ya un tiempo, encontré en un libro de preparación de actores una
frase, que servía de título de un capítulo
de aquel libro, me llamo la atención la frasecita pero que en aquella época no
la entendí muy bien.
El arte de actuar- Diego Robles- Magdalena Maldonado |
A lo largo de mi experiencia me encontré con muchas personas, que tienen
una idea equivocada de la actuación, pues muchos consideran que es simplemente
aprenderse un libreto, y repetirlo en un escenario moviéndose de un lado a otro
a las órdenes de una persona. Se tiene concepciones equivocadas, con respecto
que una persona se convierte en actor o actriz solo con asistir a un
curso, o solo con participar en una obra o película.
Lamentablemente esto ha provocado que muchas veces mercaderes del arte se
aprovechen del sano deseo de llegar a ser actores que tienen muchos, y
organizan cursos o crean “Escuelas de formación de actores” engañando y prometiendo que en tres meses o
seis meses saldrán convertidos en verdaderas estrellas de cine o teatro, pero eso si pagando grandes sumas de dinero, por
quincena o pagando para “tomarlos en cuenta” y “sacarlos” en su película. A este tipo de personas como decía el maestro Stalinaski,
hay que extirparlos definitivamente de los escenarios.
Pero así como la actuación, es un proceso de aprendizaje en la práctica, un
proceso sobre todo de creación, imaginación, disciplina, en donde la
preparación hay que combinarla con el talento, igual podemos y debemos exigir
que en otros aspectos se cumplan.
Al médico, cuya profesión debe convertirse en un arte de salvar vidas, al
abogado cuyo ejercicio profesional debe ser un crisol de justicia. Todos
debemos luchar y combatir a quienes se aprovechan de su arte, de su profesión,
para engañar, mentir y robar.
Desde esta humilde trinchera, levanto mi voz, a que antes de juzgar a un
oficio o un arte, sobre todo el de la actuación, dejemos de creer que su
ejecución es un simple hobby o
pasatiempo, que no es pensado para catapultar nuestra belleza y donaire; los demás
entes sociales podrían aprender de un actor a ver su oficio o actividad como un
espacio donde nos permite convertirnos en mejores seres humanos, que nuestra
labor artística es netamente social, y sobre todo es el espacio donde podemos
desarrollar nuestra imaginación y creatividad al servicio de un objetivo común
, el objetivo de todos, y que todos luchamos y trabajamos por él, por ser
mejores cada día y que cada día se aprende algo nuevo.
Por una cultura de vida.
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