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Un día especial (Foto Diego Robles) |
27 de marzo, el día
internacional del teatro para muchos es un día común y corriente, sin embargo
para quienes nos dedicamos a la actuación es nuestro día, pero de donde surge
esta celebración.
En 1948, se creaba
la Unesco. Julian Huxley, propone a la Unesco la creación de un organismo no
gubernamental: el Instituto Internacional del Teatro.
Tras el cruento
conflicto desatado por gobernantes, políticos, economistas y militares, los
hombres de teatro manifestaban su esperanza –y su confianza- de que el arte
escénico estableciera lazos permanentes de solidaridad y comprensión entre los
países. Así, en 1948, nace el Instituto Internacional, y en 1961, en el noveno
congreso del ITI, en Viena, un delegado de Finlandia propone la creación del Día
Mundial del Teatro.
Y se fija el 27 de
marzo porque era el día del año 1962 en que se inauguraba en París el Teatro de
las Naciones, ITI, Unesco, que es un festival de teatro de los países del
mundo.
En nuestro país la
mayoría de agrupaciones teatrales celebra este día, con lo mejor que saben
hacer, presentando y estrenando sus mejores obras, en ciudades como Quito o
Guayaquil donde existen muchos grupos, se realizan desfiles y comparsas que
terminan en los teatros para las funciones del día. En otras zonas en cambio se
organizan, festivales ciclos y
encuentros teatrales.
En nuestra ciudad
lamentablemente esta fecha pasa desapercibida para la mayoría de personas, y es
que quienes hacemos teatro en serio somos muy pocos, contados diría yo. Esto a
impedido que nos organicemos para preparar como se debe esta día tan especial
para nosotros. Sin embargo en años anteriores el grupo Antifaz presento la I
muestra teatral 2009 y 2010 en la que se expusieron
obras de autores ecuatorianos.
Hoy después de
haber pasado por este festejo, desde mi trinchera, quiero ofrecer un pequeño
homenaje a este arte que se ha convertido en parte de mi vida.
Con el telón
arriba, contemplo el escenario vacío, la presentación ha terminado, en medio de las butacas vacías
mi existencia se extingue, el anhelo de seguir viviendo un personaje continua, mientras la oscuridad
cubre mi tristeza porque no sé si esta fue o será mi última función, porque no
sé si este será mi último 27 de marzo que hago lo que amo.
Por una cultura de
vida.
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