Experiencia-Diego Robles |
Frente al computador sin saber
que escribir esta semana, en una ráfaga de remanso ante la desesperación de
tener la mente en blanco me vivo a la memoria algunos escritos de hace tiempo
atrás, lo sorprendente es que casi nada ha cambiado, el sentir, el pensar es el
mismo. Así que comparto este delirio de letras de cuando podía soñar.
Es difícil dar un nombre a los
sentimientos y a las emociones, mil ideas cruzan por mi mente, pues me ha
llegado el día, el momento en que debo decidir el resto de mi vida; es un
momento muy difícil pero dulce a la vez, me encuentro consiente y seguro a pesar
que los temores aún están allí, en el fondo de mi corazón, sin embargo más
grande es la esperanza.
La experiencia de estos días es
algo que no esperaba, en la que tal vez por primera vez dude de mí mismo, en
donde aprendí a ver y reconocer mis alcances y limitaciones, los días vividos
no se olvidan, cada uno deja su mensaje, deja una experiencia que poco a poco,
progresiva y metodológicamente quizás cambio mi vida, mi forma de ver las
cosas.
Días de plena seguridad, segundos
de terrible miedo, luego la indiferencia, nuevamente la paz, la tranquilidad y
empezar de nuevo; al final aquí escribiendo estas líneas ahora que se acaba
esta experiencia, satisfecho de haberla cumplido.
¿Qué me dice Dios en este
momento?
- observándome cariñosamente en
silencio, pasando en mi cabeza ideas y sentimientos, invitándome otra vez a
seguirlo- decido en mi interior buscarlo- “en los hermanos que tienes a tu
lado, no importa como sean, no importa no te comprendan, o tu no los
comprendas, ¡ámalos!, no importa cuál sea tu decisión yo te seguiré amando, y
ayudando a ser feliz”-
Trece años después, casi todo lo
propuesto lo conseguí, todo lo ofrecido lo cumplí, sin embargo siempre queda
esa sensación de vacío, de sentir que falta algo por hacer,… descubrir qué y
porque de la vida, vivirla a plenitud y sabiamente alejarse del mal o de las
cosas que nos alejan de lo bueno, de lo justo.
En esta época de grandes
contrastes, de grandes necedades, donde prima el interés y el egoísmo, añoro
volver a tener una experiencia que me detenga de la rutina, que me frene en mi
loca carrera por éxito, por la fortuna. Quiero otra vez volver a ser niño, y no
preocuparme más que por mis juegos, por jugar en mi mundo donde los malos se
vuelven buenos y podemos ser amigos, donde los amigos se acercan solo porque
son niños como tú, y no por iteres de saber que pueden sacar o aprovechar de
ti.
Ahora en la distancia, añoro mi
tierra, mis calles, mi gente, añoro a ser que un día fui y no sé dónde lo extravié,
donde quedo mi amada, donde quedaron mis sueños, quien ocupa mi camerino y actúa
en mi teatro. Solo quiero tener la oportunidad de poder vivir y que no me
arrebaten ese derecho.
Por una cultura de vida
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