miércoles, 28 de noviembre de 2012

NO TE HAS IDO DEL TODO

No te has ido del todo
En estos días la  niñez y juventud lojana perdió a una de sus más grandes protectoras, la hermana Bertha Cárdenas, fundadora de la fundación Don Bosco. A la hermana Bertha, la conocí hace unos  ocho o nueve años, cuando después de ausentarme de mi Loja, volvía con mi maleta llena de sueños rotos, llena de reproches y desilusiones, y por cosas de la vida fui a parar a los pocos días, al grupo que en ese entonces tenía la hermana. El grupo socio cultural San Sebastián, fue allí donde la hermana me recibió y me hizo volver a creer otra vez en mí, volver a confiar en la capacidad de surgir de las cenizas y a poner mi talento al servicio de los demás.


Eso solo fue el inicio de actividades y proyectos en que la hermana, de forma sutil me fue inmiscuyendo, catequesis, cursos de teatro, convivencias, misiones y lo más sorprendente era ver como a muchos jóvenes y no tan jóvenes  muy al estilo salesiano nos fue acercando a Dios, sin presiones, sin miedos, solo con trabajo y alegría.

Después de un tiempo y por cosas de la vida, de estudios y trabajo no pude estar  y formar parte de su fundación Don Bosco, y como cualquier ser humano, pasaron por problemas y desavenencias entre sus integrantes  y algunos se separaron, y lo más maravillosos fue que nunca hablo mal de alguien, con una sonrisa me decía “fíjate estos muchachos lo que hace”.

Una mujer excepcional, que supo luchar contra toda adversidad, para ayudar a los niños y a los jóvenes, una persona que cada vez que encontraba ya estaba con un nuevo proyecto, y que buscaba que sus “muchachos” se involucren, la linda hermanita que más de una vez me invitaba a comer con ella.

Aunque no quiera, no lo puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas al recordarla, como lamento,  no haber estado cerca y despedirle, estar presente cuando estuvo enferma y darle un abrazo de agradecimiento por tantas cosa que hizo por mí y por muchos otros, por haber confiado en mí cuando ni me conocía y darme muchas responsabilidades, por haber sido una de mis más fieles seguidoras en mi carrera teatral y actoral.

Pero ella no se ha ido del todo, vive y vivirá en el recuerdo y en la enseñanza que dejo en cientos de niños, que hoy son jóvenes, en miles de jóvenes que hoy somos adultos, en todos quienes de una forma u otra la conocimos y trabajamos con ella. Ella no se fue, ahora está más viva que nunca y la fundación Don Bosco ahora más que nunca debe continuar su labor.

Desde la distancia, este insignificante homenaje, a la religiosa, a la amiga, a la promotora y benefactora de la juventud, mi querida hermana Bertha, Dios te pague por todo, y te tenga en su gloria.


Por una cultura de vida

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