Hace unos años
escuche en un poema cantado una frase que me marco y a la cual he tratado de
poner en práctica, la misma más o menos decía así: - No se puede ser bueno todo
el tiempo, pero se debe procurar ser siempre justo… y no te preocupes si obras
con justicia.
Ser bueno o ser justo |
Recuerdo que me
puso a pensar y aún lo sigue haciendo, lo que es bueno para mí no
necesariamente es bueno para otro, y no siempre se puede ser bueno porque al
ser muy bueno o malo con alguien se corre el riesgo de ser injusto; por el
contrario creo que a cada persona se le debe dar lo justo, sin apasionamientos
ni cariños ni rencores.
A lo largo de este
tiempo en este espacio he tratado de poner en práctica eso, ser justo, alabar o
criticar a quien se lo merece, además que ello se complementa a la perfección
con algo que aprendí en una convivencia franciscana, que es la corrección
fraterna, ayudarle al otro a levantarse a notar su error para que cambie, para
que rectifique si lo cree necesario.
Todo ello lo digo
porque muchos me han dicho que últimamente estoy atacando a otros promotores
teatrales, pues no lo considero así, más bien lo he realizado desde ese lado de
la corrección fraterna, desde un principio que aprendí en el propio teatro que
es la crítica y la auto crítica constructiva, en este arte si vemos que un
compañero actor está fallando en algo debemos decírselo con caridad y en buenas
palabras, no podemos quedarnos callados por ser buenos o por no hacer sentir
mal al otro, las consecuencias pueden ser nefastas porque si ese actor no
corregí no solo le afectara a él su mal desempeño sino a todo el elenco y al
final la obra no saldrá como lo esperamos.
Igual sucede cuando
se critica a otro grupo o persona de teatro, sería más fácil callarse y fingir
que no pasa nada, pero al final el teatro lojano seria el perjudicado, aquí
depende mucho de la madurez artística del individuo para saber aceptar y usar
las críticas a su favor, si no lo hace y se suma en resentimientos u odios,
lamentablemente le falta eso madurar como persona y como artista. Si alguna vez
me he atrevido a criticar a alguien ha sido con fundamentos teóricos teatrales,
basados en mis pocos o hartos conocimientos y experiencia de varios años, nunca
ha sido solo por molestar o con palabras en el aire que me invento en ese
momento.
Recuerdo que cuando inicie también mucho me
criticaron, pero de uno depende analizar esas críticas, de pronto uno se ciega
y no es capaz de ver que está fallando en algo, y se puede usar eso que dicen
de uno como un estímulo, demostrar con hechos que el otro esta equivocado, o
que uno ha mejorado. Es por ello que yo les agradezco mucho a quienes hablaron
y aun hablan mal de mí, eso me hace ver errores que yo mismo no veo, me hace
superarme cada día a no estancarme ni conformarme con lo que aprendí y se, si
no hubiese sido por esas personas que en buena o mala forma me lo dijeron, aun
seguiría cometiendo muchos errores, claro que a veces solo hablan de envidia o
de celo profesional, pero igual a uno le ayudan a crecer.
En mi caso no tengo celos, ni envidia de
nadie, lo que si me molesta son las injusticias, precisamente por lo que
hablaba de ser justo y darles a todos un trato igual sin preferencias ni
antipatías.
Mientras tanto sigo
soñando por llegar a ser cada vez más justo para recordarles a todos los
colegas y compañeros de teatro que la lucha no es uno contra otro, sino contra
un sistema que nos pone precios y que desprecia y desvalora nuestro amado
teatro.
Por una cultura de
vida.
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