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Una vida de ausencia- Diego Robles |
Como escribirte una
carta o escribir lo que pienso de ti papa, si nunca estuviste junto a mí, sé
que existes, sabes que existo, nos
conocemos pero no hacemos nada por encontrarnos, como si prefiriéramos ignorar
la existencia del otro quizá sea para calmar y callar la voz de nuestra conciencia.
Al igual que muchos
soy hijo de madre de soltera, a mi padre lo conocí por el año 97 del siglo pasado, en este
tiempo solo nos hemos visto y medio charlado unas 4 veces, así aprendí a vivir
sin padre sin una presencia paterna en mi niñez y juventud, como me afectado
eso no lo sé, quizá lo único claro que tengo de todo ello es que si un día soy
padre no lo dejare ni me olvidare de mi hijo.
No le guardo rencor ni resentimientos a
él, al fin y al cabo quien soy yo para juzgarlo,
y muy al contrario de lo que creo que él piensa que solo lo busco por dinero o
por interés no es así, he podido salir
bien o mal sin su presencia sin su ayuda, sin su consejo.
Su ausencia provoco
algo bueno en mí, y es buscar el consuelo y voltear los ojos al cielo en busca
del padre celestial que supo consolarme y estar allí en forma implícita y
explicita cuando lo necesitaba, sin ponerme objeciones como tengo otros hijos
que necesitan de mí.
El mes del padre el
mes de la madre, como festejarlos, como darles un tributo, si uno de ellos no existió
y no contó en mi vida para nada, sin embargo y aunque no lo crea siempre pienso
en él, en lo que piensa, en lo que siente, muchas veces quisiera ir a ver, y
no sé porque no lo hago, pero sé que lo haré muy pronto, no quiero que la
muerte nos sorprenda a él o a mí, y se quede pendiente ese abrazo que ansió
darle y hasta ahora no he podido.
Quizás de el saque lo frió y lo poco
comunicativo que soy de expresar mis sentimientos, pero en fin papa aquí estoy
sentado sin saber que escribirte, sin saber cómo festejar este mes, como
celebrar tu santo y tu cumpleaños, sin saber que sentir, y sintiéndome un poco
culpable de compartir con todos mis ideas
y sentimientos, pero así soy, un loco que no se conforma con el mundo que se
siente un extraño en él, y que siempre le estoy buscando la quinta pata al gato.
En fin mi querido doctor, se me hace más fácil
llamarte así por tu título que por tu nombre o decirte papa, solo espero no sea
muy tarde que nos volvamos a encontrar y si no puedes ser mi padre seamos por
lo menos amigos y confidentes.
Mientras tanto siento la mano delicada de mi
padre celestial que enjuga mis lágrimas al escribir estas letras absurdas y
llenas de melancolía.
Porque mi vida es
un gran teatro, donde soy el actor y director de la misma, en donde interactuó
con los demás aunque me olvide el libreto y no sepa como concluirá la misma, me
atrevo hablar de este teatro de la vida real.
Por una cultura de vida.
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