miércoles, 3 de julio de 2013

EL MES DEL… UNA VIDA DE AUSENCIA


Una vida de ausencia- Diego Robles

Como escribirte una carta o escribir lo que pienso de ti papa, si nunca estuviste junto a mí, sé que existes, sabes que existo,  nos conocemos pero no hacemos nada por encontrarnos, como si prefiriéramos ignorar la existencia del otro quizá sea para calmar y callar la voz de nuestra conciencia.


Al igual que muchos soy hijo de madre de soltera, a mi padre lo conocí  por el año 97 del siglo pasado, en este tiempo solo nos hemos visto y medio charlado unas 4 veces, así aprendí a vivir sin padre sin una presencia paterna en mi niñez y juventud, como me afectado eso no lo sé, quizá lo único claro que tengo de todo ello es que si un día soy padre no lo dejare ni me olvidare de mi hijo.

 No le guardo rencor ni resentimientos a él,  al fin y al cabo quien soy yo para juzgarlo, y muy al contrario de lo que creo que él piensa que solo lo busco por dinero o por interés no es así,  he podido salir bien o mal sin su presencia sin su ayuda, sin su consejo.

Su ausencia provoco algo bueno en mí, y es buscar el consuelo y voltear los ojos al cielo en busca del padre celestial que supo consolarme y estar allí en forma implícita y explicita cuando lo necesitaba, sin ponerme objeciones como tengo otros hijos que necesitan de mí.

El mes del padre el mes de la madre, como festejarlos, como darles un tributo, si uno de ellos no existió y no contó en mi vida para nada, sin embargo y aunque no lo crea siempre pienso en él, en lo que piensa, en lo que siente, muchas veces quisiera ir a ver, y no sé porque no lo hago, pero sé que lo haré muy pronto, no quiero que la muerte nos sorprenda a él o a mí, y se quede pendiente ese abrazo que ansió darle y hasta ahora no he podido.

 Quizás de el saque lo frió y lo poco comunicativo que soy de expresar mis sentimientos, pero en fin papa aquí estoy sentado sin saber que escribirte, sin saber cómo festejar este mes, como celebrar tu santo y tu cumpleaños, sin saber que sentir, y sintiéndome un poco culpable  de compartir con todos mis ideas y sentimientos, pero así soy, un loco que no se conforma con el mundo que se siente un extraño en él, y que siempre le estoy buscando la quinta pata al gato.

 En fin mi querido doctor, se me hace más fácil llamarte así por tu título que por tu nombre o decirte papa, solo espero no sea muy tarde que nos volvamos a encontrar y si no puedes ser mi padre seamos por lo menos amigos y confidentes.

 Mientras tanto siento la mano delicada de mi padre celestial que enjuga mis lágrimas al escribir estas letras absurdas y llenas de melancolía.

Porque mi vida es un gran teatro, donde soy el actor y director de la misma, en donde interactuó con los demás aunque me olvide el libreto y no sepa como concluirá la misma, me atrevo hablar de este teatro de la vida real.


 Por una cultura de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario