No sé si seas bueno o malo, no
siento nada por ti, será por ello que no hay rencor, ni dolor, de mi parte
hacia ti, quizá solo tu ausencia que de
una manera u otra influye o influyo en ser lo que soy ahora, pero de algo si
estoy seguro; no quiero ser como tú.
No soy nadie para juzgarte, no se
tus razones para que a ti tampoco te importe si existo o no, es mas no sé si en
algún momento piensas o te acuerdas que existo, no sé si tus razones sean lo
suficientemente grandes, para que nunca te haya importado que será de mí.
Este último domingo me puse a
reflexionar sobre uno de los festejos inventados por la sociedad, el cual había
pasado desapercibido para mí hasta ahora, y vaya que resulto difícil hacerlo,
porque nunca he tenido la dicha o desdicha de tenerte en mi vida, ni tampoco he
tenido el regalo de tener ese título y honor que tú tienes.
A estas alturas de este escrito sin duda muchos ya abran notado que soy un hijo de madre soltera, un hijo sin padre, que no te conozco, que a mi padre no lo conozco, aunque en mi vida lo he visto dos o tres veces es un completo desconocido. De niño era más fácil decir no tengo papa, y no entender como todos los demás si lo tienen y tú no, y llover con preguntas a tu madre, sobre ti, donde estas, porque no estas allí; si de niño es más fácil de decirlo aunque no seas consciente del trauma que acarreara esa falta de una figura paterna en el desarrollo de tu niñez y adolescencia.
A estas alturas de este escrito sin duda muchos ya abran notado que soy un hijo de madre soltera, un hijo sin padre, que no te conozco, que a mi padre no lo conozco, aunque en mi vida lo he visto dos o tres veces es un completo desconocido. De niño era más fácil decir no tengo papa, y no entender como todos los demás si lo tienen y tú no, y llover con preguntas a tu madre, sobre ti, donde estas, porque no estas allí; si de niño es más fácil de decirlo aunque no seas consciente del trauma que acarreara esa falta de una figura paterna en el desarrollo de tu niñez y adolescencia.
Y por eso mis reflexiones me llevaron
a pensar sobre en cómo me afectado tu ausencia, tu indiferencia, y aunque en
muchos sentidos ha sido favorable, también me acarreado múltiples desventajas y
complejos que he tenido que recuperar poco a poco.
Veamos lo positivo, soy de los hombres que
respeta cuida y defiende a la mujer de otros hombres oportunistas que con sus
engaños y palabras fáciles solo las ven como un objeto que se usa y se desecha.
Tu ausencia, hizo que encuentre
el consuelo del padre celestial quien me arrullo y me da siempre su amor, y
hace que todos los hombres sean mis hermanos, a quienes y en medida de mis
posibilidades trato de ayudar.
Entre lo negativo quizá sea
muchas inseguridades, el miedo a adquirir compromiso a formar una familia, a
ser lo mismo que tu hiciste conmigo.
Sabes en esta sociedad he
visto muchas mujeres que ven al hombre
solo como una alcancía y en este ambiente machista el hombre es quien tiene que
ver por el bienestar de los hijos, es muy triste ver como los hijos son usados
como escusas para sacar dinero, como si la función del padre fuera solo proveer
cosas materiales, comprar el cariño de sus hijos, pobres hijos que sufrimos las
consecuencias de las decisiones de sus padres, padres ahora lo sé ya no es solo
el hombre o la mujer son ambos.
Quizá por eso te entiendo que tú las
veces que me acercaba ti creías que era porque buscaba tu dinero, tu herencia o
tus cosas; te equivocas solo buscaba tu
consejo, tu amistad, el amigo y confidente que nunca tuve. Pero tú conmigo, ni
lo uno ni lo otro.
Seguro estarás pensando que mi
madre me mete ideas en la cabeza, haciendo creer que tienes una gran fortuna,
pues te equivocas, no me interesa nada material tuyo, nunca me ha hecho falta,
y este escrito es entre tú y yo, esto es solo entre los dos, aquí no entra
nadie más, ni tus otros hijos, mis hermanos, ni mi familia materna, solo tú y
yo, y solo quería que supieras porque no
quiero ser como tú.
Por una cultura de vida.
diferosil@yahoo.es
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