Casi me volví loco, algunos ya me lo habían dicho: -“misterioso, raro e impredecible”. Y aunque parezca extraño me sentí afortunado, sobre la mayoría por tener el consuelo de un Padre todopoderoso, el Padre de los cielos; mi vida se inspiraba en la vida de los santos, la soledad era mi compañía y las lagrimas mi consuelo.
Como gritarle al mundo esa mi verdad, pero calle, sufriendo al ver que este mundo me condena a llevar una vida que tal vez le tema, tenia y tengo miedo de contagiarme de lo mundano y asquerosa forma de vivir de muchos.