miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿QUIÉN SOY…?



¿Quien soy?
¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? Y ¿A dónde voy?, son las principales interrogantes que un actor debe responder y recordar antes de entrar al escenario. 

Por otro lado al inicio de la cuaresma cristiana nos recuerdan –“polvo eres y en polvo te convertirás”-

Una frase que lleva una gran verdad, seamos creyentes o no, al final todos tendremos que morir, sin embargo, la diferencia está en cómo vivimos hasta que llegue ese día. 

En términos teatrales diríamos hasta que termine la función. Y aquí es donde hacemos la diferencia, somos de los actores que solo una vez recordamos y nos respondemos esas interrogantes, y hacemos una representación mecánica, sin sentimiento, llena de rutina y estereotipos; o por el contrario somos de los actores que antes de cada escena, están seguros y convencidos de lo que hacen, que saben mostrar emociones, que pueden hacer vibrar al público con su actuación, porque se hicieron  y vivieron las inquietudes de saber ¿quién soy?, ¿de donde vengo y a donde voy?

La vida de un persona debe ser así, un constante recuerdo y convencimiento  de quién soy, de modo que antes de actuar en el drama de la vida, lo haga con seguridad, con fe, optimismo, esperanza de modo que el “publico”, es decir el prójimo  o quienes me rodean vean que de verdad soy lo que digo ser un ser humano. 

No seamos amigos como esos actores mediocres que se aprenden el papel de memoria y lo repiten como loros sin siquiera saber por qué; no seamos como aquellos creyentes, que se han aprendido de memoria uno que otro rito, una que otra frase, van sin perderse ni una misa,  y ya creen que están viviendo su fe, pero que siguen en el vicio, en la inmundicia del mundo, robo, violencia, adulterio, mentira, calumnia, etc, etc.

 Seamos coherentes con nosotros mismos, así como el publico sabe cuando un actor es bueno o malo, así también en el mundo se sabe cuando alguien tiene a Dios en su corazón o en su vida, sin necesidad de hacer grandes manifestaciones de fe, “al árbol se lo conoce por sus frutos” 


Hoy que se acerca la navidad que sea el inicio para empezar a recordar quien soy ( polvo) y a donde voy (polvo te convertirás)  y  que como los actores lo tengamos presentes en cada escena, en cada acto de nuestra vida, solo así tendremos certeza  ¿dónde vamos?. No culpemos a Dios o a los otros de nuestro éxito o fracasó en la vida.


Así como un actor necesita de tiempo para prepararse antes de una presentación; vivamos todo este tiempo previo a la natividad como un periodo de preparación no solo para el nuevo año sino para toda la vida.

Por una cultura de vida

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