El otro
día, mientras me deleitaba con la exquisita comida lojana de un restaurante de
la ciudad, miraba en un televisor de aquel local, una telenovela colombiana, y
más allá de observar la trama del capítulo aquel, hubo un detalle que capto mi
atención, y era el hecho que él protagonista de la historia, no era
precisamente, el guapo galán, de rostro fino y pulido, no, era más bien un tipo
común y corriente.
 |
Acabemos con la discriminación |
Y es
lógico, ya que al ser los actores o actrices personas de aspecto normal, el
público se siente identificado, se siente parte de la historia. Y es que los
tiempos han cambiado, atrás quedaron los tiempos en que los actores y actrices
de películas o series televisivas eran personas de bellos rostros o figuras;
los productores le apuestan ahora, a desarrollar historias de la vida real,
historias que pasan en nuestras ciudades, historias cotidianas que le podrían
pasar a cualquiera.
Recordemos
que a muchos actores y actrices latinos les costó bastante el entrar en la meca
del cine Hollywood, y cambiar su forma de ver a los latinos respecto al hecho
de que solo se les asignen personajes de delincuentes, mafiosos o
prostitutas.