Con la euforia del
nuevo año, nos sentimos cargados de optimismo, de fuerza de energía positiva, y
deseamos a medio mundo felicidad y prosperidad, también solemos hacernos muchas
promesas de cambio; como dejar de fumar, cuidar nuestra alimentación,
acercarnos a esa persona que nos hemos alejado, etc.
Sin embargo esas
promesas y esos deseos con el paso del
tiempo se van diluyendo, muchas veces porque con el paso de los días, nos va
invadiendo el egoísmo, o la indiferencia ya que después del feriado volvemos a
la rutina diaria de siempre, volvemos al mismo trabajo, al mismo estudio de
antes, nada ha cambiado, porque nosotros no cambiamos.